Puntaje del Disco: 5,5
- Achilles Last Stand: 10
- For Your Life: 6
- Royal Orleans: 4,5
- Nobody’s Fault But Mine: 8
- Candy Store Rock: 4
- Hots On For Nowhere: 4
- Tea for One: 6
Cuando me refería a que Zeppelin se estaba oxidando desde Physical Graffiti iba muy en serio. Este es el momento que todo fan no desea que llegue, el de la decadencia artística de la banda de sus amores. Presence es un disco bastante irregular en el que se nota que compositivamente el grupo estaba en un mal momento. El disco se caracteriza porque Led Zeppelin deja sus intensiones de explorar nuevos estilos como en Houses of the Holy o Physical Graffiti, y prefiere abordar lo más genérico de hard rock sin la presencia de pianos ni guitarras acústicas.
Como resultado, Zepp parece un conjunto de vejestorios sin ideas y que además perdieron sus mejores cualidades. Si bien ninguno estaban en su plenitud (porque se encontraban sumergidos en sus adicciones y problemas), posiblemente el que más lo sintió fue Robert Plant que grabó el álbum en silla de ruedas y muletas luego del accidente de transito que sufrió por aquel entonces. Tanto lo afectó, que pese a su esfuerzo, su voz suena algo apagada y sin la energía desgarradora que tenía años atrás.
De hecho el accidente de Plant inspiró a la composición del mejor tema de Presence, “Achilles Last Stand”. No solo es el más destacado del disco, también es la gran última canción épica de Led Zeppelin, un canto a la guerra de 10 minutos, apasionante desde lo que hace Jimmy Page en guitarra, que te incita a agarrar una lanza y unirte a Aquiles en su última resistencia… ¿O tal vez la última resistencia de Zeppelin?
Una vez que termina “Achilles”, si no queres angustiarte te recomiendo dejar de escuchar el disco, porque lo que sigue son canciones que marcan el mal momento del grupo. Temas de hard rock bastante inexpresivos, odiosos y nada memorables. “Royal Orleans”, “Candy Store Rock” y “Hots On For Nowhere” son un conjunto de descartes que no son dignos del repertorio de Zeppelin. Por su parte, “For Your Life” es marcado como uno de los temas escuchables, pero desde mi punto de vista es un rocker que no ofrece mucho. La melodía es genérica y las piruetas de Page apenas la salvan.
“Nobody’s Fault But Mine” es otra de las canciones comúnmente rescatadas. Comienza como un tema para el olvido, hasta que su riff empieza a tomar mayor potencia junto con el acompañamiento de la armónica dejando un buen tema, aunque que no esta cerca de ser un clásico de la banda.
Y sobre el final está “Tea for One”, una reescritura mal hecha de “Since I’ve Been Loving You”. Por dios ¿No se dan cuenta que el ritmo es calcado? Con la diferencia de que no están dejando su sangre a la hora de interpretarlo y de que resulta muy poco inspirador. Así y todo, es un heavy blues que safa.
Hay gente que suele defender este álbum. Pero a mi solo me genera desesperación al hacerme la idea de que Zeppelin estaba acabado desde este punto. Solo puedo proteger a “Achilles”, la última obra maestra de su carrera.
Persy