Diamonds on the Inside (2003), es el quinto esfuerzo de estudio del inquieto cantante y compositor estadounidense Ben Harper, el cual significó una piedra angular dentro de su repertorio por ser uno de los más emocionales y donde su clásico sonido de guitarras acústicas mejor se conjugo con una paleta de sonidos variada que van desde el world music, funk, el reggae el soul y el folk.
“La diversidad de estilos significa libertad de exploración”, afirmaba Harper y agregaría: “Si solo hiciera una cosa, mi vida sería mucho menos estimulante. Tengo la suerte de no saber quién va a ser el próximo en llamarme por teléfono”. Quien nunca se vio atraído por las luces de la fama ni por las fórmulas pasajeras que impongan la industria musical.
Diamonds on the Inside inicio a todo ritmo con la Marleyesca “With My Own Two Hands” y continua mejor aún con el country blues “When It’s Good” y la soberbia balada que dio el título a la obra. Promediando el disco el momento funk con “Brown Eyed Blues” y “Bring the Funk”, como así también merece las palmas y su veta más roquera en “Temporary Remedy” y “So High So Low”. El resto de los temas hasta el cierre continúa con el espíritu general del álbum con algún que otro relleno innecesario como “Everything” o “Picture of Jesus”.
Gracias a este tipo de lanzamientos Harper supo ganarse su reputación y que su nombre sea equivalente al de un héroe del under, valorado por sus colegas y por su público que a través del boca en boca fue divulgando su música por todo el mundo.
Burn to Shine 1999 fue el nombre elegido por Ben Harper para titular a su cuarto material de estudio, lanzado en 1999 y como era habitual en la carrera del artista, se lanzaron diferentes versiones según las regiones en los cuales apareció el disco.
Sin atarse a un estilo en particular, Harper repasa una variada cantidad de géneros que van desde el blues, pasando por el soul y por supuesto, por el folk y el rock (“Less”, por citar un ejemplo). Tras un tibio arranque con “Alone”, “The Woman in You” vaticina la entrada de un álbum muy prometedor.
“Steal My Kisses”, que utiliza el bateo aportado por por Rahzel, un reconocido rapero estadounidense fue uno de los éxitos en los ámbitos universitarios. Entre los destacados encontramos la melosa “Show Me a Little Shame” y “In The Lord’s Arms”.
En 1997 y tras haber editados dos promisorios discos, Ben Harper lanzó al mercado The Will to Live, su tercer material de estudio.
Continuando con el estilo folk que lo había caracterizado, y como ya lo había demostrado con el disco anterior, el músico presenta claros síntomas de mejoría en cuanto a la identidad que quiere darle a sus composiciones. “Faded” y “Homeless Child” dan inicio a este álbum y luego de una especie de interludio con “Number Three”, “Roses from My Friends” se presenta como una agradable melodía muy relajante.
Adhiriendo algunos aires de funky, The Will to Live es un disco que muestra un desempeño bastante parejo con momentos destacados como con “Widow of a Living Man” y “Mama’s Trippin’”.
Sin ser su material más profundo, Harper logró con este disco condensar en buenas baladas, todo su talento.
El año siguiente al lanzamiento de su disco debut, Ben Harper editó el segundo material conocido como Fight For Your Mind, un interesante y recomendable trabajo.
Siguiendo la línea de Welcome to the Cruel World, Harper mantiene la combinación de estilos como el soul, el jazz y el rock. En esta oportunidad son también explorados el góspel (“Power of Gospel”, “Good Fearing Man” y “One Road to Freedom”) así como el reggae (“Excuse Me Mr.”), que le da la carga política elemental para este artistas.
Las influencias de artistas de la talla de Dylan, Marley y Hendrix quedan en evidencia en este muy buen disco, que muestra a Harper más maduro con el desarrollo de las letras y las melodías. Fight For Your Mind invita a conocer aún más a un destacado música pero sobre todo a tomar un momento de relajación.
Benjamin Chase Harper nació el 28 de Octubre de 1969 Claremont, California. Proveniente de una familia con una interesante mezcla cultural, Ben comenzó desde pequeño a tocar la guitarra acústica, de la que se enamoró y con la que mantendría una larga relación. Con nueve años presenció un recital de Bob Marley y todo cambió en su vida desde aquel momento. Tres años más tarde tocó por primera vez en público, imitando la mímica del legendario Robert Johnson.
En 1992 Harper grabó junto a Tom Freund un LP conocido como Pleasure and Pain, de edición limitada. Lo que no sería limitado fue su contrato con Virgin Records ya que, de por vida, el músico se comprometió con aquella discográfica.
Welcome to the Cruel World tiene como principal característica variedad de estilos, debido a la extensa influencia musical que Harper recolectó a lo largo de su vida. Desde el soul, pasando por el jazz y el blues, el disco encierra numerosos matices. “Breakin’ Down” tiene una base pop pero se acerca mucho al reggae. “Don’t Take That Attitude to Your Grave” y “Waiting on an Angel” son dos muy buenas piezas en los que Harper expresa sus emociones abiertamente. “Like a King”, acelerando ligeramente el ritmo, muestra el lado comprometido del músico con la causa política, que mantendría a lo largo de su carrera.
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