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Roger Waters en Argentina: el peso de su “Política” hecho Show

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Hace mucho no escribo, pero no está de más retomar los hábitos de vez en cuando. En este caso ya tenía marcado en el calendario que en noviembre en Argentina iba a tener un maratón de recitales: Taylor Swift, los Red Hot, The Cure, Blur y nada menos que Rogelio Aguas.

Recuerdo que cuando compré la entrada para ir a ver a Roger, el campo delantero salió más de $60.000 (pesos argentinos). Que era bastante dinero para entonces, pero con la inflación que hay en el país, ir a ver a la selección argentina de futbol sale el doble de lo que pagué las entradas para Waters.

En fin, noviembre llegó y Roger se presentó dos veces en River. La segunda noche, a la que asistí, fue ayer. Y fui al recital sin investigar mucho que me iba a deparar para “sorprenderme”. Solo tenía dos datos: que el show duraba 2 horas aproximadamente y que el día anterior había comenzado a las 21:20hs.

En este caso, comenzó bastante puntual. La puesta de escena en la previa mostraba 4 pantallas gigantes en el escenario que iban marcando cada 5 minutos cuánto faltaba para que comience. Hasta que empezó unos minutos después de las 21hs.

La apertura fue con “Confortably Numb”, en una versión más oscura, retumbante, atmosférica y menos guitarrera que la original. Desde entonces se sucederían mayormente temas de Pink Floyd con algunos de su carrera solista, que de por sí iban a configurar un Show que tenía mucha carga política.

Ya de por sí los discos de Pink Floyd son bastantes críticos con la sociedad y los gobernantes. Pero el Show parecía armado para mostrar de manera constante cual es la “política” de Waters, la cual podemos resumir en No a la Guerra y Sí a los Derechos Humanos. De hecho, en la previa del recital, aparecería el mensaje de que “Si no te gusta la política de Waters, te podes ir a un Bar”. ¿Y por qué te manda a un Bar? Roger lo explicó justamente cuando interpretó “The Bar”, diciendo que para él es un lugar en el que se puede opinar de cualquier cosa. Además, previo a ello, también se tomó unos minutos para hablar sobre la polémica en torno a los Hoteles que lo rechazaron para hospedarse en Argentina, al tildarlo de “antisemita” en sus opiniones. Básicamente, los mandó a la mierda (con nombre y apellido) y dijo que estaba en contra de la guerra.

En fin, vayamos al aspecto del espectáculo en sí. Primero hay que destacar a la banda que lo acompañaba, que en vivo lograban tener un sonido bastante sólido. El despliegue técnico era impecable en todo momento, especialmente en temas como “Shine On You Crazy Diamond”.

Y si buscamos los momentos más destacados, en la primera mitad fue muy celebrada “Another Brick in the Wall”, que demuestra que es un clásico que trasciende todos los tiempos. También fue muy emotiva “Wish You Were Here” dedicada a Syd Barrett. Y “Sheep” del discazo Animals, fue muy bien ejecutada y de los momentos más “pirotécnicos” por su oveja flotante que sobrevolaba el público (también hubo un cerdo inflable).

En la segunda mitad, muy bueno el combo de The Wall con “In The Flesh” y “Run Like Hell”. Y luego interpretarían la segunda parte de The Dark Side of the Moon completa, desde “Money” hasta “Eclipse”. Un momentazo espectacular.

Fue un muy buen recital, de un Waters que llegó hasta mostrar sus dotes actorales (como un viejo loco en silla de ruedas) y que con sus 80 años de edad, no le pesa seguir interpretando los temas de Pink Floyd con la misma potencia que tenían hace 50 años atrás. Y que cuando interpretaba los de su carrera solista parecía Bob Dylan. Y si no te gusta, te podes ir a un Bar.

Persy

Tu puntuación
(Votos: 2 Promedio: 4.5)

¡¡Pink Floyd campeón del Mundial de Bandas 2019!!

Inmortales. Pink Floyd campeón del Mundial de Bandas por primera vez.

Señoras y señores, tenemos un nuevo gran campeón del Mundial de Bandas. Pink Floyd luego de un a tremenda final contra Led Zeppelin se quedó con el título, coronandose de esta forma campeón por primera vez de un Mundial de Bandas.

El recorrido de Floyd fue impresionante de principio a fin. Desde las eliminatorias liderando los primeros puestos, superando luego a sus adversarios en la fase de grupo y derrotando a duros escollos como los ex campeones mundialistas The Doors y Queen.

Desde que empezó su campaña Pink Floyd demostró solidez soberbia, cosa que no venía teniendo en sus anteriores Mundiales. Y aprovechando la caída de grupos grandes como los Beatles y los Stones, tenía un gran contrincante enfrente como Led Zeppelin como última prueba.

En su enfrentamiento con Zeppelin, Floyd empezó a marcar diferencia a su favor de entrada al ritmo de The Piper at the Gates of Dawn, con Syd Barrett como principal conductor. Zepp, luego pudo equilibrar un poco las cosas con Led Zeppelin I, sacudiendo cabezas con su Hard Rock, con los alaridos de la voz de Plant y la desquiciada guitarra de Page. Por lo que, Pink Floyd hizo un cambio estratégico en su formación, entrando David Gilmour, buscando más lucidez y técnica en guitarra, en reemplazo de un Syd Barrett pasado de ácidos. Desde entonces el encuentro fue un ida y vuelta, en el que se sacaron chispas con munición gruesa. Pink Floyd con esa triada dorada conformada por Dark Side of the Moon, Wish You Were Here y Animals, desatando un Rock Progresivo armonioso, repleto de clásicos. Mientras que Led Zeppelin trató de construir su «escalera al cielo» con Led Zeppelin II, III y IV, mostrando un Hard Rock, que sirvió de cimientos para el Metal, pero con sus variaciones demostrando su versatilidad, y mostrándose como un adversario tan talentoso como poderoso.

Sin embargo, Pink Floyd logró mantener la diferencia a través de un muro impenetrable como The Wall, con Roger Waters manejando los tiempos de su equipo. Y Led Zeppelin perdió fuerza ante la perdida de John Bonham como pieza clave.

Asi Pink Floyd celebra su coronación, cosechando un montón de puntos para el Ranking de Bandas, con promesa de que escale posiciones. Y Led Zeppelin se lamenta una nueva oportunidad de conseguir el título. Pero hay que felicitar ambos porque fueron los mejores.

Persy

Tu puntuación
(Votos: 2 Promedio: 5)

Pink Floyd – More (1969)

Puntaje del Disco: 6

  1. Cirrus Minor: 7,5
  2. The Nile Song: 5
  3. Crying Song: 6
  4. Up The Khyber: 5
  5. Green Is The Colour: 8
  6. Cymbaline: 8,5
  7. Party Sequence:
  8. Main Theme: 6
  9. Ibiza Bar: 5,5
  10. More Blues: 6,5
  11. Quicksilver: 4
  12. A Spanish Piece:
  13. Dramatic Theme:

Pese a no tener ya a Syd Barrett en sus filas, la formación de Pink Floyd ya consolidada con Gilmour como guitarrista y Waters como principal compositor tuvo su álbum fumado en 1969, que en este caso se trató de un soundtrack de una película francesa llamada More.

En More podemos apreciar distintas caras de Floyd. Por un lado, tenemos al Pink Floyd que ofrece canciones atmosféricas sin mucha gracia ni grandes atractivos que se nota que fueron hechos para ser parte de la música de fondo de la película. En este tipo de temas encontramos la faceta más aburrida de la banda en “Quicksilver”, que es la NADA misma atmosférica de más de 7 minutos de duración.

Por otro lado, tenemos al Floyd ridículo, en “The Nile Song” y en “Ibiza Bar”, que son más o menos la misma canción, donde intentan hacer heavy rockers que los hace parecer un grupo de los ochenta de poca monta.

Y por último, tenemos la parte de Folk psicodélico de Pink Floyd que es justamente la que más vale la pena del disco, y que materializan lo mejor de la banda en “Green Is The Colour” y “Cymbaline”.

En definitiva, se nota que More fue hecho para un soundtrack, y que la banda todavía no estaba explotando todo su potencial. Por eso es un disco que es pasable a duras penas, con sus pocos momentos de lucidez interesantes.

Persy

Tu puntuación
(Votos: 1 Promedio: 3)

Pink Floyd – Delicate Sound of Thunder (1988)

Pink Floyd - Delicate Sound of Thunder (1988)

Puntaje del Disco: 7

Disco 1:

  1. Shine On You Crazy Diamond: 8
  2. Learning to Fly: 8
  3. Yet Another Movie: 6,5
  4. Round and Around:
  5. Sorrow: 5
  6. The Dogs Of War: 4,5
  7. On The Turning Away: 7

Disco 2:

  1. One of These Days: 8
  2. Time: 8
  3. Wish You Were Here: 8
  4. Us and Them: 8
  5. Money: 8,5
  6. Another Brick in the Wall (Part 2): 5,5
  7. Comfortably Numb: 7
  8. Run Like Hell: 6

¿Cómo puede ser posible que una banda tan grande como Pink Floyd no tenga un disco en vivo oficial de sus primeros años o de su mejor época? Ok, tenemos a Ummagumma, con su primera parte en el que nos regalan unos pocos temas muy buenos en vivo, pero deja sensación a poco, ya que solo repasa algo de los primeros años psicodélicos del grupo. Durante toda su etapa progresiva de los setenta no hay discos en vivo. Lo que sí hay son Bootlegs no oficiales y tenemos a Live at Pompeii que es más un concierto en DVD. Recién en su peor momento, cuando ya Waters se había apartado del grupo y Gilmour tomaba la batuta, aparecieron los primeros discos. El que aquí tenemos Delicate Sound of Thunder y luego Pulse en los noventa.

No da muchas ganas de repasar estos trabajos ya que ni siquiera tenemos a Pink Floyd con su formación completa ni en su plenitud. Aunque a decir verdad Waters para generar su sonido en vivo tampoco es TAN importante. Toca el bajo e interpreta algunos temas, de todas formas su sola presencia suma. Aun así Pink Floyd no se caracteriza por ser una banda que te deleite escuchar en vivo.

Y solo me refiero a “escuchar”, ya que visualmente es impactante. No ofrecen nada particularmente revelador con las versiones en vivo de sus temas. No son de improvisar tanto, sino de recrear meticulosamente el mismo sonido del álbum. Por lo que difícilmente algún tema en vivo suene mejor que su versión de estudio, a lo sumo lo igualan en calidad. Me pasó cuando fui a presenciar a Roger Waters en vivo, un espectáculo de la puta madre en la recreación de The Wall (show de luces, imágenes, muñecos gigantes y un muro que se arma de a poco), pero que musicalmente no ofrece nada nuevo que cuando te pones a escuchar el disco en tu casa. De hecho Roger hacía playback…

En fin, con Delicate Sound of Thunder tenemos un poco mucho de lo que hablo. Y para colmo de males, el primer disco contiene en su mayoría cortes de A Momentary Lapse of Reason, su peor álbum de todos los tiempos, el horror. Canciones como “Sorrow” y “The Dogs Of War” son inexplicables que estén incluidas. Pero saben qué, es en donde más improvisa Floyd o por lo menos Dave Gilmour. Aunque desafortunadamente la calidad de los temas no acompañan y sus solos de guitarra no son los mejores. De hecho la voz de David tampoco está en su esplendor.

El segundo disco es un mix de clásicos principalmente de The Dark Side of the Moon y The Wall. Ya con solo considerar que tocan mejores canciones, esta segunda parte de Delicate Sound of Thunder es mejor. De todas formas ningún tema está a la altura de las versiones de estudio. A “Time” le falta un poco de fuerza para mi gusto. Otros como “Us and Them” (el cual me gusta en sus cambios de ritmo) es innecesariamente largo. Por su parte “Money” presenta las mayores improvisaciones de esta segunda parte, con solos de guitarra, órgano, etc. Muy floja la versión de “Another Brick in the Wall (part 2)”, tiene menos onda que un renglón. Mientras que “Comfortably Numb” tiene una interpretación vocal alarmante. Y “Run Like Hell” no sé si es la mejor elección para cerrar un concierto, es más taladrante que otra cosa. Es un cierre que te deja extrañado más que satisfecho.

Delicate Sound of Thunder es un álbum innecesario, que no agrega valor al repertorio de la banda y que llegó en un mal momento por todo lo que señalaba anteriormente. Aún así se puede escuchar, porque tiene el sonido característico de space rock de la banda, pero no esperen mucho más que eso.

Persy

Tu puntuación
(Votos: 1 Promedio: 4)

Pink Floyd – The Division Bell (1994)

Pink Floyd – The Division Bell (1994)

Puntaje del Disco: 6,5

  1. Cluster One: 6
  2. What Do You Want From Me: 8,5
  3. Poles Apart: 8
  4. Marooned: 7,5
  5. A Great Day For Freedom: 5,5
  6. Wearing the Inside Out: 5,5
  7. Take It Back: 9
  8. Coming Back To Life: 6
  9. Keep Talking: 5,5
  10. Lost For Words: 6
  11. High Hopes: 7,5 

Tras el desastre que significó A Momentary Lapse of Reason, pasarían varios años hasta volver a escuchar un disco de estudio de Pink Floyd. Así llegaría a mediados de los noventa The Division Bell, el segundo álbum post Waters de la banda.

Sabiendo lo vergonzoso que había resultado su último trabajo no eran muchas las expectativas que podía tener por este nuevo. De hecho, la mayoría de las críticas le pegan despiadadamente a Division Bell. Sin embargo, es un “mejor” disco que el anterior. Y la palabra mejor entre comillas por una razón: tampoco es la gran cosa.

The Division Bell tiene sus cuantos defectos. Para empezar hay que decir que Pink Floyd, o lo que queda de ellos, suenan anticuados. Trataron de sonar como a fines de los setenta, pero este álbum fue editado en 1994!! ¿En qué estaban pensando? Division Bell es un disco en el que parece que el tiempo los pasó por encima, quedando estancados en lo que sabían hacer, sin traer algo nuevo. Para colmo de males, parecen una versión reciclada de lo antiguamente eran.

Compositivamente, Gilmour sigue siendo el que domina en el grupo pero la participación de Wright crece bastante. Lo cual implica mucho piano, teclado y sintetizador. Que sinceramente en números atmosféricos, lentos e inocuos como “Cluster One”, terminan aburriendo más que entreteniendo.

De todas formas, lo que hace a Division Bell superior a A Momentary Lapse of Reason es que todas sus canciones se pueden escuchar. No hay cortes que avergüencen con su existencia. Algunos son realmente muy buenos como “What Do You Want From Me”, donde Gilmour se sale del molde rockeando y demostrando su prestigio como guitarrista. La melodía acústica de “Poles Apart” también es muy agradable. Incluso la instrumental “Marooned” es interesante, trayendo en primer plano otro solo de guitarra de Gilmour acompañado por lo que hace Wright en teclado y Mason en batería. Una canción de otra época. Aunque el más destacado para mi gusto es la espacial “Take It Back”, que es de lo más moderno y efectivo de Floyd. Parece un tema de U2, en el que David logra un sonido similar al de The Edge y entona en el estribillo como Bono.

El resto es olvidable. El flojo aporte de Wright (animándose a cantar) en “Wearing the Inside Out” y reescrituras obvias como “A Great Day For Freedom”, emblandecen bastante la solidez del disco, que ya de por sí en su conjunto resulta un poco aburrido y depresivo. Sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de los temas duran innecesariamente entre 6 y 7 minutos.

The Division Bell en definitiva termina siendo un disco que no es tan malo como muchos lo pintan, ni mucho menos es tan bueno como otros fanáticos lo marcan. Es un álbum con sus momentos gratos, pero de un nivel que aprueba rasposamente, bastante lejano a lo mejor del grupo.

 Persy

Tu puntuación
(Votos: 1 Promedio: 4)

Pink Floyd – The Final Cut (1983)

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Puntaje del Disco: 7

  1. The Post War Dream: 8
  2. Your Possible Pasts: 8
  3. One of the Few: 8
  4. The Hero’s Return: 8
  5. The Gunner’s Dream: 7
  6. Paranoid Eyes: 7
  7. Get Your Filthy Hands Off My Desert: 5,5
  8. The Fletcher Memorial Home: 6
  9. Southampton Dock: 6,5
  10. The Final Cut: 6
  11. Not Now John: 5,5
  12. Two Suns in the Sunset: 8

Hay opiniones encontradas en cuanto a este álbum. Están aquellos que aman a The Final Cut y lo llaman el último gran álbum de Pink Floyd (principalmente amantes de toda la obra de Waters). Están aquellos que lo odian (los “pro Gilmour” tal vez). Pero también está la raza extraña (como yo) que lo ve en una posición intermedia: no es un mal álbum y tiene cosas para remarcar, aunque está lejos de lo mejor de Floyd.

Para entender la diversidad de apreciaciones hay que decir que The Final Cut no es un álbum de Pink Floyd, es un álbum de Roger Waters lisa y llanamente. En los últimos discos la participación de los otros integrantes de la banda había bajado en los sucesivos trabajos. Si en The Wall su colaboración era escueta y limitada, en The Final Cut es prácticamente nula. Roger no solo era el cerebro, la mente dominante del grupo, sino que se había transformado en el amo absoluto de todo. A punto tal que en The Final Cut no solo escribió todas las letras sino que también interpretó casi todas las canciones (excepto una, justo una de las más flojas por los coros, “Not Now John”, que tuvo a Gilmour como vocalista). Esto resquebrajó las relaciones internas de la banda, que ya bastante desgastadas estaban, y determinó la primera salida dentro del grupo: Richard Wright, que directamente no colaboró en las grabaciones del álbum.

Pasemos al disco en sí. The Final Cut es un álbum conceptual centrado en la guerra, en el cual Rogelio aporta letras antibélicas realmente excelentes, que incluyen menciones y críticas directas a Margaret Thatcher (nombrada como Maggie en el álbum) y la guerra de Malvinas (con frases como “We showed Argentina”).

Pero así como el lado lírico del álbum es brillante, el musical es bastante pobre. The Final Cut falla por la ausencia de grandes melodías, la falta de dinámica, el ritmo aplomado constante e incluso la ausencia de originalidad. Los cortes The Final Cut son bastantes convencionales, están adornados con algún piano, una simple guitarra o un saxo, pero este no es el mismo space rock de sus discos previos (suena a descarte de The Wall). Eso hace que en las sucesivas canciones se torne denso e incluso aburrido. Parece que estamos escuchando el mismo tema todo el tiempo con Roger recitando lo que piensa sobre la guerra hasta el hartazgo.

No me malinterpreten, todos los temas de The Final Cut son escuchables, no son un horror para los oídos. De hecho me gusta bastante la primera parte del disco conformada principalmente por esa mini opera rock que relata la historia de un veterano de la segunda guerra mundial en «Your Possible Pasts», «One of the Few», «The Hero’s Return», «The Gunner’s Dream» y «Paranoid Eyes». También suman algunos de los efectos de su sonido holográfico para generar una experiencia envolvente en el oyente que lo escuche con auriculares.

En fin, The Final Cut es un trabajo aceptable, plagado de canciones inmemorables, con sus momentos más que decentes y también aquellos discretos, y será recordado como el disco que debería haber sido solista de Roger Waters (salió bajo el nombre de la banda por cuestiones contractuales con EMI) y el último álbum en el que participaría tras abandonar el grupo.

Persy

Tu puntuación
(Votos: 1 Promedio: 3)

Pink Floyd – Ummagumma (1969)

Puntaje del Disco: 8,5

Disco 1:

  1. Astronomy Domine: 8
  2. Careful With That Axe Eugene: 9
  3. Set The Controls For The Heart Of The Sun: 9
  4. A Saucerful Of Secrets: 8

Disco 2:

  1. Sysyphus Part One: 7,5
  2. Sysyphus Part Two: 7
  3. Sysyphus Part Three: 7
  4. Sysyphus Part Four: 8
  5. Grantchester Meadows: 10
  6. Several Species Of Small Furry Animals Gathered Together In A Cave And Grooving With A Pict: 8,5
  7. The Narrow Way Part One: 7,5
  8. The Narrow Way Part Two: 9
  9. The Narrow Way Part Three: 9,5
  10. The Grand Vizier’s Garden Party (Entrance): 7
  11. The Grand Vizier’s Garden Party (Entertainment): 7,5
  12. The Grand Vizier’s Garden Party (Exit): 7,5

Antes de comenzar, quisiera decir mi punto de vista: es una VERDADERA lástima que los discos de Floyd post-Piper… y pre-Dark Side… sean TAN INJUSTAMENTE OLVIDADOS. Quizás Meddle no tanto, pero los otros álbumes (Saucerful Of Secrets, More, Ummagumma, Atom Heart Mother, y Obscured By Clouds) son enormemente ignorados.

Obviamente, es a partir de Meddle donde luego de tanta exploración, Floyd logra encontrar su propio sonido, ya que luego de dicho álbum, vendría la dorada época de los ’70, sacando clásicos atemporales, verdaderas obras maestras inolvidables.

Pero antes de eso, habían sacado increíbles álbumes experimentales, psicodélicos, orgías de avant-garde y art-rock. Siempre (o muchas veces) se pasa por alto esta epoca, GRAN ERROR. En fin, una pena, ya que a mi oído, es una etapa fantástica de la banda, con imaginación desbordante, rompiendo esquemas a doquier (junto a Zappa y demás contemporáneos). He dicho. Fin de mi reflexión.

Ahora sí, pasemos a Ummagumma (perdón si los/as aburrí con mi reflexión, necesitaba usar el espacio para reivindicar esos discazos!). El 1er disco es en vivo, y encontramos temas incluidos en sus dos primeros álbumes y “Careful With That Axe Eugene” (sencillo en el que también se incluía la bonita “Point Me At The Sky”). Con la diferencia de que aquí, mencionadas canciones se transforman en enormes jams lisérgicos, descriptivos y libres de toda atadura.

La versión de “Astronomy Domine” es muy buena (aunque se extraña al inimitable «Diamante Loco»), la de “A Saucerful…” lo es también, aunque LA definitiva versión de esta canción es la que se puede ver en la película Live In Pompeii. Lo Mejor es “Careful…” (Waters mandandose gritos que harían morir de envidia al mas deathmetalero) con su tensión in crescendo y amenazante y violenta atmosfera; y “Set The Controls…” la cual contiene una sección en la que Wright hace las mil y unas, otorgando una oscura y hasta casi mística sensación.

El segundo álbum suele ser objeto de controversias. En él, Floyd literalmente experimenta, prueba la mayor cantidad de trucos posibles. Un álbum rico en atmosferas, colores y ante todo IMAGINACIÓN. Música estrictamente experimental, empujando el avanti garde hasta grandes limites.

Esta divido en cuatro suites por cada uno de los integrantes. La primera, “Sysyphus” es de Rick Wright. La misma arranca de una intimidante manera, luego se calma hasta llegar a tintes de música clásica, para luego lentamente empezar a enloquecer hasta llegar a un pesadillesco clímax totalmente enfermizo. La segunda sección es la de Roger Waters. En la cual esta la maravillosa perla folk, la bucólica “Grantchester Meadows” (escuchenla con auriculares y vuelen, van a sentir los mosquitos en sus oídos) y la RARÍSIMA (y de enorme titulo) “Several Species…”, un collage de ruidos de animales: pájaros, murciélagos, etc. los cuales chillan de lo lindo, y crean una tensión que podría quitar de quicio a cualquiera. La tercera sección es la de David Gilmour, “The Narrow Way”. La misma arranca con un delirante sonido para devenir en gentiles acústicas, hasta que de pronto ese extraño ruido vuelve y pasamos a la segunda parte, la cual tiene un tremendo riff, con percusiones tribales y ULTRA lisérgicos efectos. En otras palabras, un trip tremendo. La tercera parte de esta suite esta cantada dramáticamente por Gilmour (con Wright haciendo geniales aportes vocales) y tiene una atmosfera ULTRA densa, casi stoner. Imperdible. Un temazo que merecería ser mas citado, sin duda. La cuarta y última sección esta a cargo de Nick Mason, se trata de “The Grand Vizier’s Garden Party”. La misma comienza con una dulce melodía de flauta (interpretada por la propia esposa de Nick) hasta que se interrumpe con el redoble de batería. La segunda parte son delirios percusivos, en la cual y luego de un turbulento sonido, todo se empieza a entrecortar (la primera vez que la escuche pensé que me andaba mal el cd) hasta derivar en un solo de batería. La tercera parte finaliza con la flauta y su dulce melodía. Así termina Ummagumma.

Así que aquí lo tienen: un álbum doble para flashear, volar, sentir y que encima no aburre en ningún momento. Párrafo aparte para la increíble y surrealista portada, una delicia total.

Lo mejor estaba por venir, estaba apunto de comenzar la década que los haría grandes, sacando a luz discos de los más imprescindibles, increíbles e históricos en la historia del rock (y también esta mi favorito!: Atom Heart Mother!!!). La leyenda estaba apunto de nacer.

Li

Tu puntuación
(Votos: 1 Promedio: 4)

Roger Waters en Argentina – Estadio River (07/03/2012)

Recuerdo cuando anunciaron que Roger Waters iba a venir a la Argentina como se abalanzó la gente para ir a comprar su entrada para no perderse la oportunidad de presenciar uno de los mejores recitales del mundo. Pero los primeros días fueron una odisea con las complicaciones que tuvo Livepass como organizador en la venta de entradas, que les valieron insultos varios en su Facebook e incluso el hackeo de su página (era tragicómico ver el mensaje que decía «David Gilmour como invitado especial»). Pero la respuesta de la gente fue TAN importante que la demanda por ver a Waters no se detuvo. Así fueron agregando nuevas funciones y rápidamente se fueron vendiendo las entradas. Hasta finalmente llegar a 9 shows de Roger Waters en River!! Un record apabullante, impensado, que implica más de 400 mil espectadores. Lo que se denominó en varios medios como la “Waters Mania”, o mejor dicho la “Waters Obsesión”.

Es así como arribó el ex cerebro de Pink Floyd a la Argentina, en el marco de tensiones diplomáticas por las Malvinas, donde el mismo Rogelio se vio implicado con declaraciones que despertaron amor y odio hacia su persona de un día para el otro. Pero Roger se encargó de dedicar el recital “a la memoria de los desaparecidos, muertos y torturados” durante la dictadura militar, dejando la polémica de lado para que nos internemos a disfrutar de esta maravilla en vivo que es “The Wall”.

Nota: Si lo vas a ir a ver en otro fecha y no queres enterarte lo que va a pasar acá comienzan los Spoilers.

La cita era a las 21hs. Cuando uno llegaba para acomodarse podía ver la pared a medio construir a sus costados, generando ansiedad, mientras pasaban temas de Led Zeppelin, los Stones e incluso el eterno “Imagine” de Lennon que hacían más dulce la espera. Hasta que el espectáculo arrancó a las 21:15hs, con el sonido explosivo de “In The Flesh?” acompañado de fuegos artificiales y un avión ubicado en el tablero del estadio que voló para estrellarse en el escenario. Así apareció Roger poniéndose su saco y lentes negros para transformarse en el personaje que iba a conducir la noche. Un gran comienzo que daba indicios de lo que nos esperaba.

Con el correr del show, de a poco el muro se fue formando. Con proyecciones espectaculares en sus ladrillos que en realidad funcionaban como una pantalla. Así se sucedieron los clásicos como “Another Brick on the Wall (Part II)” acompañado por un coro de niños, luego la hermosa “Mother” con Waters explayando sus primeras palabras hacia el público y “Goodbye Blue Sky” marcando un momento cumbre del recital. También excelente la versión de “Young Lust”, una de las mejores desde mi punto de vista. Así se fueron agregando más ladrillos, hasta que la pared quedó prácticamente completa, dejando solo un espacio, para que Rogelio se despida con “Goobye Cruel World”.

Tras la “Intermission”, que las chicas aprovecharon para hacer largas colas en el baño, “Hey You” daría comienzo a la segunda parte del espectáculo esta vez con la espesura completa del muro. Hasta que con el correr de los temas llegaría otro momento único: “Comfortably Numb”, que sonó más arrebatadora y conmovedora que nunca, dejando lugar a que se te piante un lagrimón. El mundo de The Wall siguió creciendo con sus imágenes e incluso con Waters con una ametralladora en mano, llegando al ritmo vertiginoso de “Run Like Hell”, otra de las más motivantes de la noche.

El “disco 2” señalaba sus últimos momentos con dibujos que usaron en la misma película de The Wall, hasta que el emocionante derrumbe de la pared marcó el final de un impresionante show.

Mención aparte merece “el chancho” flotante que llegó a estacionarse (entiendo que no a propósito) sobre el publico en una posición que llegaba a molestar la visión. Pero el pobre cerdo recibió su castigo cuando tocó suelo, a manos de quienes lo desinflaron y descuartizaron.

Volviendo a lo que importa, fue un recital tremendo. En mi opinión personal, a diferencia de otros conciertos, está “bien” presenciarlo sentado para disfrutarlo. Uno se siente en un evento que supera la sensación de simple recital, donde la puesta de escena es tan espectacular que te deja atónito. Una verdadera noche para el recuerdo, que te deja tan pleno que todavía Rogelio no se fue y uno ya pide que vuelva con sus ladrillo.

Persy

Tu puntuación
(Votos: 1 Promedio: 5)

Pink Floyd – The Wall (1979)

Puntaje del Disco: 9

Disco 1:

  1. In The Flesh?: 8,5
  2. The Thin Ice: 7,5
  3. Another Brick in the Wall (part 1): 8,5
  4. The Happiest Days of Our Lives: 8
  5. Another Brick in the Wall (part 2): 10
  6. Mother: 9,5
  7. Goodbye Blue Sky: 9
  8. Empty Spaces: 7,5
  9. Young Lust: 9
  10. One of My Turns: 8
  11. Don’t Leave Me Now: 9
  12. Another Brick In The Wall (part 3): 8,5
  13. Goodbye Cruel World: 8

Disco 2:

  1. Hey You: 9
  2. Is There Anybody Out There: 7,5
  3. Nobody Home: 8,5
  4. Vera: 7
  5. Bring the Boys Back Home: 6
  6. Comfortably Numb: 10
  7. The Show Must Go On: 8
  8. In The Flesh: 8,5
  9. Run Like Hell: 9
  10. Waiting for the Worms: 8,5
  11. Stop:
  12. The Trial: 6,5
  13. Outside The Wall: 6

The Wall… qué decir de este álbum considerado por muchos como la máxima expresión de Pink Floyd. O por lo menos, como la expresión más pretenciosa, depresiva y compleja de Floyd (o Roger Waters).

The Wall nació como un posible proyecto solita de Waters, quien ya a esa altura además de ser el cerebro monopólico del grupo, empezaba a alejarse del resto de sus compañeros, que cada vez participaban menos en la composición e interpretación de las canciones. Por eso The Wall es sinónimo de Waters, antes que Floyd.

La idea de Roger fue crear un álbum conceptual  acerca de una estrella de rock llamada “Pink” (nuevamente inspirado en Syd Barrett), que debido a sus traumas en la vida como: la muerte de su padre, la sobreprotección maternal, la educación, la drogadicción y demás problemas sentimentales, se reprime generando un muro de ladrillos (que simbolizan sus problemas) que lo aíslan del mundo. Y dentro de esta depresión hace un viaje introspectivo que lo lleva a la locura.

En este sentido el concepto de The Wall, toma la influencias de otras obras conceptuales como Tommy de los Who, Ziggy Stardust de Bowie e incluso discos suyos como Animals. Sin embargo, la tensión angustiante y depresiva que transmite esta opera rock no se puede comparar con otros discos de esta índole.

Musicalmente Floyd suena como una banda que termina de alcanzar su cúspide como grupo de rock progresivo, explotando su rock espacial que te sumerge en una atmosfera tan terrible como brillante. De todas formas, también se nota que la banda empieza a “ochentizar” su sonido, saturando sus recursos, sin sonar fresco, pero siendo todavía grande, grande como un dinosaurio. Por eso The Wall no es perfecto y en cierto punto es un disco sobrevalorado.

El otro problema de The Wall es que al ser un disco doble resulta una experiencia extensa y aplastante, especialmente el segundo disco, donde el concepto se transforma en un delirio difícil de entender y porque musicalmente termina de agotar al oyente.

Por eso el segundo disco es lo más flojo y desmedido, aun así tiene temas excelentes. La balada drogona “Comfortably Numb” es claramente el clásico más rutilante de esta segunda parte. Es un himno y uno de los pocos temas en los que Gilmour colabora en forma excepcional. Su solo de guitarra es legendario. “Hey You” y “Run Like Hell” también se destacan en este segundo disco.

Sin embargo, el primero es el que vale la pena. Cuenta con los mejores temas. Las tres partes de “Another Brick in the Wall” no tienen desperdició. Y la “parte 2” sobre la opresión de la educación, se transformaría en la canción más famosa de su trayectoria. Los temas acústicos “Mother” y “Goodbye Blue Sky” tampoco se quedan atrás. “Young Lust” rockea gracias a Gilmour, y tiene muy buen estribillo. Y la aterradora “Don’t Leave Me Now” también es excelente.

The Wall es un gran álbum y sería un éxito comercial ¿Cuántas millones de copias vendió? Hasta una película se hizo. Pero además es un impresionante espectáculo visual. Los que presenciaron los conciertos de Pink Floyd (o Waters) montando un muro en el escenario sabrán lo que digo. Aunque honestamente no creo que sea la mejor opera rock de la historia. Lo que sí puedo asegurar es que es el último gran álbum de Pink Floyd.

Persy

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