Puntaje del Disco: 6,5
- A Passion Play, Part 1: 7
- A Passion Play, Part 2: 6
Jethro Tull se engolosinó con el éxito de Thick as a Brick y en 1973 presentó A Passion Play un disco de similares características que su predecesor. Pero similar solo en el hecho de que estamos hablando de una sola canción dividida en dos partes y porque sigue un hilo conceptual como todo álbum de rock progresivo. Sin embargo, el disco es TAN inferior a lo que venía realizando Tull que uno realmente se asusta, cuestionando seriamente si la capacidad compositiva de Ian Anderson se esta desgastando.
El gran problema de A Passion Play es que musicalmente resulta bastante aburrido. No hay una sola melodía que te atrape. La banda tampoco se esfuerza por hacer algo medianamente interesante. Mejor dicho, NO ROCKEA como sí lo hacía en Aqualung y Thick as a Brick. ¿Dónde miércoles esta el guitarrista Martin Barre? ? De vacaciones? ¿Dónde están los solos de flauta de Anderson? Lo único novedoso es la incorporación de un saxofón que le da un aire jazzero en ciertos pasajes. Pero este es un detalle menor. El disco es monótono, siempre sigue la misma línea y nunca termina de convencer a pesar de que en algunos de sus segmentos se pueda destacar algo.
El lado musical es tan flojo, que lo que más valor toma es el concepto. Básicamente el argumento de A Passion Play relata la historia de un hombre que muere llamado Ronnie Pilgrim. El Sr. sigue su camino en el paraíso charlando con Jesus, yendo al Purgatorio para reivindicarse y luego cayendo en el infierno para ser sometido a juicio. Es ahí donde Ronnie decide que no quiere ni a dios ni al diablo, sino a la vida con sus “grises”. Y así termina, con el retorno a la vida del protagonista. Una historia que puede resultar tan interesante como esotérica. Pero que aún así se realza sobre el débil aporte musical de Jethro Tull y redondea el frágil puntaje que merece el disco.
Persy