“Ole, ole, ole, ole, ole, ole, ola/ Ole, ole, ole, cada día te quiero más/ Yo soy de ‘Pearl Jam’/Es un sentimiento, no puedo parar!!!”. Canto de cancha, algo incoherente porque el publico se refirió a Pearl Jam como si fuera un equipo de futbol. O más bien un conjunto de amores. Lo que realmente es y demostró ser en el Estadio Único de La Plata: una pasión.
Y como tal, la procesión de fieles seguidores acompañó a sus ídolos de Seattle hacia una ciudad no preparada para este tipo de eventos como La Plata. Pero los obstáculos (embotellamientos y falta de estacionamientos) no detuvieron la marcha de la acérrima caravana.
La noche se presentaba apacible y las nubes se habían disipado para dejar entrever las primeras estrellas en el cielo de la Ciudad de La Plata. Un Estadio Único colmado de jóvenes expectantes por ver nuevamente a Pearl Jam en suelo argentino, era el marco ideal de lo que prometía ser una cita inolvidable.
Con algunos minutos de retraso que aumentaban la ansiedad del público, la banda norteamericana salió a escena con la suave y serena “Release”. Fueron cuestión de segundos para que toda la energía del grunge saliera a flote con “Go” y “Corduroy” dejando en claro lo que iba a ser Pearl Jam durante toda la noche: una aplanadora de velocidad y energía implacable que se comía sus propios clásicos, deglutiéndoselos y sacándoles el jugo al máximo con su potencia.
Una extensa explosión de rock con temas de Backspacer (“The Fixer”, “Amongst the Waves”) y clásicos como “Hail Hail” y una versión acelerada y brillante de “Given to Fly”, se sucedería con “Even Flow”, con solos de guitarra que sonaban en cada rincón del Estadio. Pero no todo era una vorágine de descontrol inusitado, el show también daba lugar a temas acústicos como “Elderly Woman Behind the Counter in a Small Town” que eran igualmente bien recibidos por los expectantes, que a lo largo de todo el show vitoreaban e interactuaban constantemente con la banda con fervorosos coreos, cánticos, aplausos y las mayores expresiones de admiración. Una retribución a sus héroes por lo que estaban haciendo. Más los agradecimientos (en un castellano de mierda) con papel en mano de Eddie Vedder: “El estadio luce muy lindo, pero ustedes mejores”. Así se iría la primera parte del show, repasando diversos temas de su prolífica discografía, con “Jeremy” y “Porch” del legendario Ten haciendo el primer cierre con pura emoción.
Momentos después y tras una breve pausa, Vedder volvió al escenario y con guitarra acústica en mano, interpretó una hermosa versión de “Just Breath”, que sumó un condimento lacrimógeno cuando el cantante evocó a sus amigos de The Ramones haciendo “I Believe in Miracles”. Y este intervalo finalizaría con una combinación “rompe culos” entre “State Of Love And Trust” y “Blood”.
Segundo encore, lo mejor todavía no había pasado. “Smile” de No Code encaminaría el arranque, hasta que Eddie tomaría prestado un tema de Rogelio Waters: “Mother”, en una muy buena versión (justamente ayer anunciarían que el ex Pink Floyd tocaría gratis en la 9 de Julio). Y a partir de acá una catarata de clásicos que comenzó a conmover con “Black”, con todo el estadio acompañando con coros. Un momento sublime, al igual que la celebradísima “Better Man”. Y luego otro dueto de Ten, la demoledora “Why Go” junto a la suprema “Alive” que descocaba a todo terrestre con su estribillo y solo de guitarra. Pero eso no era todo, el himno de Neil Young “Rockin’ in the Free World” resonaría para que todos celebren cantando “Keep on Rocking in the free World!!!!!” una y otra vez. Ni los irrespetuosos organizadores que encenderían las luces antes de tiempo los detendrían. Pearl Jam se despediría definitivamente interpretando “Yellow Ledbetter” (que incluyó intervalos de “Little Wing”) con Vedder sentado sobre el escenario e incluso bajando con sus compinches.
Qué gran noche. Inolvidable, una de los mejores recitales que presenciamos. Una verdadera lección de cómo debe ser un concierto y cómo debe sonar una banda en vivo. Tocaron casi 3 horas, más de 30 temas, nunca perdiendo el ritmo, ni la actitud y respondiendo a su gente con el mismo entusiasmo que le demostraban. Incluso cuando terminaron de interpretar “Yellow Ledbetter” parecía que tenían ganas de más. Una banda hecha y derecha en suelo argentino. Una pasión: Pearl Jam.
Piro/Persy
EXCELENTE!!
Excelente show. 3 hs de esta aplanadora del rock. Si me permiten hacer una analogía, creo que los Pearl Jam van camino a ser tan argentinos como lo fueron los Ramones. Es un romance que comenzó en 2005 y entiendo se consolidó con este show. En un momento Eddie refiriéndose a los Ramones dijo: «ellos los querían mucho»….y creo que a ellos ya les pasa lo mismo. Se brindan íntegros haciendo temas de todos sus discos y me la juego: no va a pasar tanto tiempo para su próxima visita. Larga vida a Pearl Jam.
increible.