Puntaje del Disco: 10
- Fisherman: 10
- Congoman: 9,5
- Open Up The Gate: 9,5
- Children Crying: 9
- La La Bam Bam: 8,5
- Can’t Come In: 9,5
- Sodom and Gomorrow: 8,5
- The Wrong Thing: 8
- Ark of the Convenant: 9
- Solid Foundation: 8
Si pensamos en esos grandes discos, esos que marcan una etapa, que funcionan como el nexo entre el pasado y el presente de un género, que modifican la forma de escuchar e interpretar la música y que significan un cambio de paradigma si se quiere, entonces The Heart of The Congos debería ser muy tenido en cuenta.
Primer disco de los jamaiquinos The Congos, un dúo de cantantes formado por Cedric Myton y Roy «Ashanti» Johnson, que contaría con la producción del genial Lee «Scratch» Perry y con unos sesionistas que asustan por su calidad y nivel: Geoffrey Chung en teclados (The Upsetters), Boris Gardiner en bajo (The Upsetters, The Agrovators), Sly Dumbar en baterías (The Upsetters, The Agrovators, Sly and Robbie), Ernest Ranglin en guitarras (The Skatalities, Bob Marley, Jimmy Cliff), Uziah Thompson en percusión (Big Youth, Culture, The Revolutionaries) y hasta el mismísimo Gregory Isaacs prestó su voz en «La La Bam Bam».
Dejando de lado el «dream team» que los acompañaría, el disco arranca de la mejor manera que puede arrancar: con «Fisherman», un himno del género que nos absorbe en la oscuridad del falsete de Cedric y del tenor de Ashanti, una simbiosis vocal de perfecta conexión con los bajos sombríos que constantemente retumban y denotan la solidez de la estructura, sin perderles el rastro a la percusión.
«Congoman» nos encandila con su tribalidad, un trance sonoro de una oscuridad asombrosa para los parámetros del género, y engancha perfecto con «Open Up The Gate», donde se deja la tribalidad de lado, pero donde las voces de Cedric y Ashanti siguen con la misma brillantez orgánica de la anterior, jugando con coros tan meticulosos como el trabajo del genio de este trabajo: Lee «Scratch» Perry.
Si el trabajo previo a que Perry toque mano era excelente, este individuo lo convierte en una obra maestra al instante. Agrega toda su sabiduría a las consolas consiguiendo su característico sonido dub, marcando detalladamente los momentos que cada melodía se merece en el disco. Además, como plus, tal vez el loco Lee estaría en el mejor momento de su carrera.
El nivel del disco no desciende en ningún momento, se reinventa en cada tema, mezclando los distintos sonidos de Jamaica sin perder el hilo conductor del buen reggae: nunca un disco de este estilo había sonado con una oscuridad tan hermosa, orgánica y etérea. Todo mérito de The Congos; todo mérito de Lee «Scratch» Perry.
Bari