Puntaje del Disco: 9
- Obertura / El viejo Serafín: 9,5
- Más fuerte que el hombre: 8
- Hijo del sol y la tierra: 8,5
- Alguien más en quién confiar: 8,5
- Blues del atardecer: 9
- Haciendo blues y jazz: 9
- El mandato: 8
- Vuelve el día a reinar: 8,5
Uno de los talentosos grupos argentinos que tuvieron bastante éxito en los setenta fue sin dudas el Reloj. Si algo se nota en ellos fue la arraigada influencia de bandas de los setenta como Deep Purple, en su afán de combinar rock sinfónico con hard rock. Sin embargo, el Reloj logró desarrollar un estilo bastante particular, bastante loco por así decirlo, y eso se puede disfrutar en su homónimo álbum debut, que incluyo varios de los temas que fueron lanzando a lo largo de la década.
En el disco lo que más prima (y lo que realmente vale la pena darle bola) son sus interacciones instrumentales, con el papel preponderante que cumple el órgano, los buenos riffs y solos que desparrama el grupo, que rockean y en algunos pasajes resultan bastante fumados.
El disco comienza con “Overtura”, una intro bastante flashera. Su combinación con “El Viejo Serafín” lo transforman en la pieza central del disco, de excelente ejecución y muy descabellada simultáneamente. “Blues del atardecer” es la segunda longeva a resaltar en cuestión, que incluye un solo de bateria tremendo de Juan Esposito. “Haciendo blues y jazz” también me encanta, con su fantástico solo de guitarra. Bah, todas las canciones son geniales de este primer álbum.
Dato anecdótico: de tapa se pensó poner cuadro “Los relojes derretidos” de Dali, pero por falta de tiempo, se termino poniendo un dibujo que hizo de un día para el otro Juan Esposito.
Persy