“Fome”, que significa aburrido en jerga chilena, fue el cuarto disco de estudio del grupo, que si bien tenían un enorme reto que superar al haber alcanzado el gran éxito en su álbum anterior, esto parecía no preocupar. La placa finalmente tuvo un resultado fenomenal, con un sonido de rock duro y clásico que se alejaba por completo de la nostalgia de su disco anterior, la cambiaba por canciones breves y directas, donde no hay desperdicio alguno, caben todas las posibilidades, desde la energía de los instrumentos eléctricos como en “Bolsa de mareo”, “Antes” y “Jarabe para la tos” , las letras irónicas que en ocasiones llegan al sin sentido como en “La torre de babel” y “Restoran”, Los temas más entrañables como en “Pancho”, o “Me arrendé”, la festividad de “Silencio”, la oscuridad de en “De hacerse se va a hacer”, “Fealdad”, “Libreta” o “Toco fondo”, los contundentes pasajes instrumentales de “Claus” y “Largo”, e incluso hay lugar para las obras maestras, como el caso de la espectacular “Olor a gas”.
Steven Demetre Georgious nació el 21 de Julio de 1948 en Marylebone, Londres. De padre griego y madre sueca, la familia se mudó cerca de Piccadilly Circus donde junto a sus hermanos, Steven colaboraba con el restaurant en el que trabajaban. Estudió en una escuela católica y desarrolló a corta edad interés por el piano. La influencia de The Beatles lo llevó a incursionar también con la guitarra y a dedicarse con mayor pasión por las artes. Hacia 1965 y bajo el seudónimo de Steven Adams decidió imitar a sus grandes ídolos como Bob Dylan, Muddy Waters y Paul Simons y continuar una carrera solista como compositor.
Mike Hurst, ex miembro del grupo The Springfields y devenido en productor ayudó a Steven a grabar “I Love My Dog”, que saldría como el primer sencillo con el actual nombre artístico. “Matthew & Son” fue el segundo corte de lo que sería el álbum debut y se ubicó en el segundo lugar del ranking británico. Sin embargo no fue hasta 1967 que este material salió a la venta.
Con una clara influencia del folk y de artistas como Dylan y Simon & Garfunkel, “Matthew & Son” es un disco optimista y con muchas referencias a los gustos de Stevens y vivencias de la infancia (“I’ve Found a Love”, “Granny” o “School is Out”). Es un álbum cálido que combina el pop con algo de psicodelia de entonces y con una pizca de ambientación teatral inglesa.
La calidad del disco se vio reflejada en el ranking de ventas que posicionó a Cat Stevens como un emergente artista de finales de la década del sesenta.
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