Puntaje del Disco: 6,5
- Cluster One: 6
- What Do You Want From Me: 8,5
- Poles Apart: 8
- Marooned: 7,5
- A Great Day For Freedom: 5,5
- Wearing the Inside Out: 5,5
- Take It Back: 9
- Coming Back To Life: 6
- Keep Talking: 5,5
- Lost For Words: 6
- High Hopes: 7,5
Tras el desastre que significó A Momentary Lapse of Reason, pasarían varios años hasta volver a escuchar un disco de estudio de Pink Floyd. Así llegaría a mediados de los noventa The Division Bell, el segundo álbum post Waters de la banda.
Sabiendo lo vergonzoso que había resultado su último trabajo no eran muchas las expectativas que podía tener por este nuevo. De hecho, la mayoría de las críticas le pegan despiadadamente a Division Bell. Sin embargo, es un “mejor” disco que el anterior. Y la palabra mejor entre comillas por una razón: tampoco es la gran cosa.
The Division Bell tiene sus cuantos defectos. Para empezar hay que decir que Pink Floyd, o lo que queda de ellos, suenan anticuados. Trataron de sonar como a fines de los setenta, pero este álbum fue editado en 1994!! ¿En qué estaban pensando? Division Bell es un disco en el que parece que el tiempo los pasó por encima, quedando estancados en lo que sabían hacer, sin traer algo nuevo. Para colmo de males, parecen una versión reciclada de lo antiguamente eran.
Compositivamente, Gilmour sigue siendo el que domina en el grupo pero la participación de Wright crece bastante. Lo cual implica mucho piano, teclado y sintetizador. Que sinceramente en números atmosféricos, lentos e inocuos como “Cluster One”, terminan aburriendo más que entreteniendo.
De todas formas, lo que hace a Division Bell superior a A Momentary Lapse of Reason es que todas sus canciones se pueden escuchar. No hay cortes que avergüencen con su existencia. Algunos son realmente muy buenos como “What Do You Want From Me”, donde Gilmour se sale del molde rockeando y demostrando su prestigio como guitarrista. La melodía acústica de “Poles Apart” también es muy agradable. Incluso la instrumental “Marooned” es interesante, trayendo en primer plano otro solo de guitarra de Gilmour acompañado por lo que hace Wright en teclado y Mason en batería. Una canción de otra época. Aunque el más destacado para mi gusto es la espacial “Take It Back”, que es de lo más moderno y efectivo de Floyd. Parece un tema de U2, en el que David logra un sonido similar al de The Edge y entona en el estribillo como Bono.
El resto es olvidable. El flojo aporte de Wright (animándose a cantar) en “Wearing the Inside Out” y reescrituras obvias como “A Great Day For Freedom”, emblandecen bastante la solidez del disco, que ya de por sí en su conjunto resulta un poco aburrido y depresivo. Sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de los temas duran innecesariamente entre 6 y 7 minutos.
The Division Bell en definitiva termina siendo un disco que no es tan malo como muchos lo pintan, ni mucho menos es tan bueno como otros fanáticos lo marcan. Es un álbum con sus momentos gratos, pero de un nivel que aprueba rasposamente, bastante lejano a lo mejor del grupo.
Persy