Puntaje del Disco: 7,5
- Throw It Away: 8
- Freakout: 6
- Ain’t No Deal: 9
- Stone Cold: 8,5
- I’ve Got a Knife: 7
- Down and Out: 8,5
- Steps: 6
- Fad: 9
- Sweet Kin: 8
- Crazy Girl: 5,5
- Everybody Loves a Cocksucker: 7
- Can’t Get Me Down: 6,5
- You’re Dumb: 7,5
- Untitled: 7
Los inicios de Black Lips se remiten al año 1999, cuando el guitarrista Cole Alexander y el bajista Jared Swilley dejaran el grupo The Renegades, para unirse al guitarrista Ben Eberbaugh que había dejado su banda (the Reruns) junto al baterista Joe Bradley. Pese a realizar sus primeras grabaciones juntos Ben Eberbaugh fallecería en un accidente de tránsito. De todas formas el resto de la banda seguiría adelante, con la idea de que eso era lo que hubiera querido Ben.
Así nacería su homónimo disco debut en el 2003, en el que se puede escuchar un sonido de garaje rock, pero con una actitud más agresiva y volátil tirada del costado del punk, sumado a una calidad más bien Lo Fi especialmente en la interpretación vocal. Sin embargo, la banda se las ingenia que no sonar tan reiterativo y no quedar encasillado como otro grupo más de garaje punk de principios del 2000. Hay cierta diversidad en sus canciones, como en: “Stone Cold”, que es disonante pero tiene un ritmo más lento interesante; “Down and Out”, acompañado de piano para distinguirlo; y “Sweet Kin” es una especie de folk pero mucho más alternativo y disruptivo.
Aun así, pese a ser un disco relativamente corto en duración (unos 30 minutos, durando los temas entre 1 y 2 minutos la mayoría), es un poco irregular. Y cuando más se nota es cuando su punk se torna un poco genérico o cuando su locura no llega a mucho. Pero también hay que decir, que con su estilo ofrece un puñado de muy buenos cortes como “Ain’t No Deal” y “Fad”, que nos dan la pauta de seguir escuchando a Black Lips en el futuro.
Persy