Puntaje del Disco: 9
- The Changingman: 9,5
- Porcelain Gods: 8
- I Walk on Gilded Splinters: 8,5
- You Do Something to Me: 9,5
- Woodcutter’s Son: 8
- Time Passes: 8
- Stanley Road: 7,5
- Broken Stones: 9
- Out of the Sinking: 9
- Pink on White Walls: 8,5
- Whirlpools End: 8
- Wings of Speed: 9
Los inicios de la década de los 90s representaron un nuevo aire para Paul Weller, su homónimo debut y su aclamada continuación Wild Wood fueron un éxito crítico y con su continuación, Stanley Road, Weller mantuvo el estándar de excelencia, consagrando así una trilogía que es considerada como uno de los momentos más inspirados del modfather.
En el año de 1995, el britpop estaba en auge y varias figuras de dicho movimiento hacían hincapié a Weller como una gran influencia en su música, esto se convirtió en la oportunidad ideal para que el ex líder de The Jam se aventurara con un nuevo disco…y eso hizo con su tercer placa, con la cual logró éxito comercial y de pasada ganó nuevos fans.
Stanley Road es un disco muy blusero y con un énfasis en la improvisación, por esto algunas de las canciones finalizan en jams. También es de reconocer que contiene algunos de los temas más personales y emotivos de la entera carrera del Weller: en un disco en el que la calidad es una constante, me decido a señalar la lirica como la mayor fortaleza presente.
Sin ir más lejos, tenemos la tríada de singles del disco (“The Changingman”, “You Do Something to Me” y “Broken Stones”) que en conjunto son de lo mas emblemático que ha habido en la trayectoria de solista del Inglés. El opener “The Changingman“es una autobiográfica canción que se vuelve llamativa con un riff prestado de la canción de Electric Light Orchestra “10538 Overture” y en la que Weller define su esencia declarándose “Un hombre cambiante hecho de arenas movedizas siempre tomando nuevos caminos”. El segundo single “You do Something to Me”, es una demoledora balada de piano en la cual se respira un romanticismo desolador. Siguiendo un camino similar está la simple “Broken Stones”, con una interpretación emocional y una letra casi poética que por sí sola cautiva en el oído.
Al tomar en cuenta las demás piezas donde nos encontramos con estructuras que van del Jazz (“I Walk on Gilded Splinters”) al Gospel (“Wings of Speed”), podemos llegar a concluir que tenemos otro disco trascendente mas del “hombre cambiante”.
Gera Ramos