Faith No More y su obstinada ausencia de fe

Faith No More Argentina 2015

«¿Cuántas veces vinimos acá, wey? ¿Cuatro? ¡Más bien cuarenta!». En un perfecto español chicano, Mike Patton inauguró el regreso de Faith No More a la Argentina con un show electrizante el 20 de septiembre en el Luna Park.

En un escenario vestido de blanco y ornamentado con vistosas plantas y flores, el grupo -también de blanco- compuesto por «Juancito» Hudson, «ese puto del bajo» Gould, «viejo pervertido» Bordin, Bottum y «Piñón Fijo» Patton, según la presentación de este último, dio un espectáculo intenso y fiel al lugar que supieron ganarse en la historia del metal, el rock, el funk… y de las baladas.

Abrieron sin vaselina con una novedad: “Motherfucker”, al que le siguió el poguero “Be Aggressive” que despertó a los vivaces fanáticos. Nota aparte merecen los fieles seguidores de la banda, muchos de los cuales peinan canas añosas y largas barbas. Solos, o acompañados de sus hijos a quienes pretenden con justicia iniciar en el fraternal mundo del metal, saltaron y vitorearon a la altura de los más jóvenes que ya nacieron con FnM y que deliraron con su energía saturada.

Presentando varios temas de Sol Invictus, su nuevo disco, como “Black Friday”, “Matador”, “Separation Anxiety” y el mencionado “Motherfucker”, no se privaron de tocar los clásicos como “Epic”, “Ashes to Ashes” y el cover de los Commodores, “Easy”. Patton hizo gala de sus más de seis octavas de rango vocal que sonó a la perfección, acompañada en ocasiones de una pedalera en el escenario. El resto del sonido estuvo ligeramente saturado, lo que impidió que se disfrutaran algunos de los característicos matices musicales de la banda, pero que compensaron con actitud rockera a pesar de ser, admitámoslo, señores de media edad pelados y panzones. El mismo Patton se burló de esto: “¿Qué me dicen? ¿Lechón? ¿Hijo de qué?”.

La banda hizo dos bises, el primero con “Cone of Shame”, “Digging the Grave” y “Just a Man”. Durante este último, «rickrollearon» a los presentes con un fragmento del infame “Never Gonna Give You Up” de Rick Astley, con el que hubiera sido ciertamente indignante abandonar de forma definitiva el escenario. Por eso, volvieron a aparecer con un segundo bis con el clásico “We Care a Lot”, del primer disco, cerrando ahora sí una noche impecable y estridente que confirmó, sin tapujos, que «No más fé» (sic) tiene fe en el metal.

Barba

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