Puntaje del Disco: 2,5
- The Requiem: –
- The Radiance: –
- Burning In the Skies: 6,5
- Empty Spaces: –
- When They Come for Me: 5
- Robot Boy: 6,5
- Jornada del Muerto: –
- Waiting for the End: 4
- Blackout: 3,5
- Wretches and Kings: 2,5
- Wisdom, Justice, and Love: –
- Iridescent: 2
- Fallout: –
- The Catalyst: 3
- The Messenger: 0
Linkin Park de nuevo, a pedido de sus fans Park (o tal vez de quienes lo odian y disfrutan que los destruyamos en estas críticas). Debo confesar que tal vez fui un poco exagerado en las palabras que elegí para describir su música, aunque no me arrepiento de la valoración que les di en las primeras reseñas que hice de ellos. Trataré de todas formas que se me vaya la cadena un poco menos en esta oportunidad con el disco que hoy nos toca, A Thousand Suns.
A Thousand Suns es un álbum llamativo, porque sorpresivamente la banda intenta abordar un nuevo rumbo definitivamente. Se podría decir que intentan «crecer artisticamente» y para ello se alejan de su formula del éxito: no hay más estribillos violentos, guitarras estridentes, gritos de Chester Bennington, ni Rap de Shinoda. No hay más Nu Metal. Da ganas de aplaudirlos por la iniciativa. Pero al desarticularse de lo que saben hacer, Linkin Park se queda «en bolas». Y con esto me refiero a que reemplazan sus cualidades que los hicieron famosos con una vaga idea de lo que para ellos es madurar como músicos. Así que reemplazan casi íntegramente el Rap y las guitarras eléctricas con arreglos electrónicos y sintetizadores.
Como resultado A Thousand Suns es un álbum de un andar lento y carente de emociones, donde florece una cantidad excesiva de viñetas que son puro relleno y canciones de un nivel compositivo muy pobre como es común en ellos.
Los mejores temas del álbum son «Burning In the Skies» y «Robot Boy», donde su rock alternativo está bien dentro de los parámetros de su nuevo estilo, pero sin ofrecer algo innovador o de un nivel brillante y memorable. Sin embargo, a medida que escuchamos A Thousand Suns es una experiencia que nos sumerge de a poco en los defectos de Linkin Park.
Para empezar los momentos de Rap de Shinoda son escasos. Y en su participación aparecen números con arreglos no muy acertados como «When They Come for Me» y otros que suenan a experimentos paupérrimos como «Wretches and Kings» y «The Catalyst».
Sin embargo, el principal responsable de los momentos más bajos del álbum es Chester Bennington, quien profundiza su estilo de cantante como si estuviera en NSYNC o Simple Plan de manera tan peligrosa como lamentable. «Waiting for the End», «Iridescent» y «Blackout» son ejemplos terribles de lo que hace. Pero con la pésima balada acústica «The Messenger», ofrece su peor cara como vocalista, lanzando gritos completamente desubicados y molestos que son prácticamente de cantante amateur que está improvisando. Me atrevo a decir que «The Messenger» es el peor tema que haya escuchado de Linkin Park.
A Thousand Suns es otro álbum muy malo de la banda, porque se queda a mitad de camino en su iniciativa por cambiar, y por otro lado porque no hacen algo que los Fans de Linkin Park puedan disfrutar íntegramente. Aún así, pese a pobrisimo nivel es el mejor disco que escuché de ellos por intentar madurar.
Persy