Puntaje del Disco: 8,5
- Show Start/Intro: –
- When the Music’s Over: 8,5
- Alabama Song (Whisky Bar): 8
- Back Door Man: 7,5
- Five to One: 8,5
- Back Door Man: 8
- The WASP (Texas Radio and the Big Beat): –
- Hello, I Love You: 8,5
- Moonlight Drive: 8,5
- Horse Latitudes: –
- A Little Game: 8
- The Hill Dwellers: 8
- Spanish Caravan: 9
- Hey, What Would You Guys Like To Hear?: –
- Wake Up!: –
- Light My Fire: 9
- Light My Fire (Segue): –
- The Unknown Soldier: 9
- The End (Segue): –
- The End: 8,5
Existen varios discos en vivo de The Doors dando vueltas. Uno de los más aceptados fue el que grabaron en Julio de 1968 en el Hollywood Bowl de los Angeles. Originalmente Live at the Bowl ’68 tenía solo 22 minutos de duración, incluyendo 3 cortes de Celebration of the Lizard, pero con los años aparecieron distintas versiones con más canciones hasta llegar ante la que tienen frente a ustedes en este momento.
En el momento en que fue grabada esta presentación nos encontrábamos en vísperas de Waiting for the Sun, que si bien no es el mejor álbum de los Doors, es el que continuaba los dos mejores discos de su carrera, su homónimo debut y Strange Days. Así que la banda se encontraba bastante fresca, prácticamente en su pico artístico.
En cuanto a la calidad del material, lo que ofrecen es bastante parejo aunque raramente sus versiones en vivo superan a las versiones de estudio de sus canciones. El setlist empieza con uno de sus temas longevos, “When the Music’s Over”, en una versión bastante decente donde Jim Morrison improvisa un poco e incluso lanza gritos desgarradores. Luego tenemos una especie de Medley conformado por “Alabama Song (Whisky Bar)”, “Back Door Man” y “Five to One”, encontrando su pico en esta última.
Más adelante aparecen más canciones de Waiting for the Sun, comenzando por el clásico “Hello, I Love You” que suena más salvaje que de costumbre. Le sigue un tema infravalorado de los Doors, “Moonlight Drive”, con ese particular y genial sonido que logra Krieger en guitarra, a la cual se le suma “Horse Latitudes” tomando su base.
Celebration of the Lizard tiene su momento con “A Little Game” y “The Hill Dwellers” que suenan bien. Y luego aparecen los mejores momentos del álbum. Primero “Spanish Caravan, la verdadera sorpresa del disco que sobrepasa expectativas en una versión más rockera que la de estudio. Y luego dos de los grandes clásicos de sus presentaciones en donde el grupo se da el gusto de improvisar sobrados minutos, “Light My Fire” y “The End”, junto a una muy buena versión de «The Unknown Soldier» en el medio.
Live at the Bowl ’68 seguramente no esté a la altura de considerarse uno de los mejores discos en vivo de la historia, pero es muy bueno y es un registro que cualquier fanático de The Doors disfrutará.
Persy