Puntaje del Disco: 7,5
- III Ray: 8
- You´re in Love With a Psycho: 6,5
- Twentyfourseven: 6,5
- Good Fight: 7,5
- Wasted: 6,5
- Comeback Kid: 8
- The Party Never Ends: 8
- Are You Looking For Some Action: 8,5
- All Through the Night: 7,5
- Sixteen Blocks: 7,5
- Bless This Acid House: 6,5
- Put Your Life On It: 7
Año tras año, disco tras disco, cada banda debe demostrar que no está de adorno. En general tienen dos caminos: explorar y desarrollar su estilo, repitiéndose las veces que sean necesarias; o bien, adaptarse a nuevos sonidos. Un grupo que no logra prosperar en esos caminos, tiende a desaparecer, quedar como un One Hit Wonder, o un mero recuerdo de época sin mayor trascendencia.
Cuando Kasabian comenzó en la escena musical, eran considerados unos baby Oasis. A mi parecer, más bien eran una mezcla entre la energía de Oasis, y el manejo instrumental de Primal Scream. Pese a algunas buenas letras (pocas), que no pueden llegar al estatus de los himnos que Oasis hacía, Pizzorno y compañía se han encargado de demostrar la valía del rock desde la primera década del dos mil, ya sea con la fuerza de su álbum homónimo, experimentando un poco con Empire, dando un gran paso en cuanto a sonido con West Ryder Pauper Lunatic Asylum, bajando un poco el nivel con Velociraptor (que tiene sus buenas cosas a destacar), expresándose con el control creativo total en 48:13, y finalmente ahora con For Crying Out Loud.
“III Ray” empieza como es tradición en todos los discos de Kasabian.
Es movida, es fuerte y te eleva. La gran diferencia es que la guitarra sólo se usa para resaltar, en vez de guiar todo el camino (en esta canción el sintetizador hace el esfuerzo); la batería también es fuerte y agradable. Es sencillamente genial ver el puente que hacen entre guitarras y sintetizador.
En “You´re in Love With a Psycho” encontramos a la banda experimentando con el new wave. Es como un Blondie manufacturado en Inglaterra. El sintetizador estilizado junto con un coro pegajoso cumplen con todo lo necesario para musicalizar el verano.
Luego en “Twentyfourseven” la guitarra tiene un afán de sonar un poco sucia, algo más tradicional; como el rock de Primal Scream, pero con un aire más pop. No es mala canción, pero Kasabian comienza a exhibir flaqueza en su composición musical (No funciona como “Days Are Forgotten”, donde roban a gusto a Zeppelin).
“Good Fight” tiene un aire de psicodelia inglesa, un tipo de “California” en Leicester. Es un rock melódico con coros a lo Beatle que recurre a lugares comunes del imaginario inglés. Los arreglos al final de la canción son lo más destacado tanto en guitarra como en piano. No destaca, pero no deja mal parada a la banda.
En “Wasted” escuchamos algo tradicional nuevamente. Es la típica canción de Kasabian bien hecha, pero nos encontramos ante un Kasabian relajado; mucho menos denso que lo que nos tenía acostumbrados en otros discos. Quizás suavizarse no fue buena idea del todo.
“Comeback Kid” sin lugar a dudas es agradable por su intro con trompetas. Esa batería apresurada con una guitarra punzante que nos lleva al rock de los sesenta. El teclado es delirante y lo podemos tomar como un pequeño homenaje a Iron Butterfly. Otro tributo a los sesenta.
En “The Party Never Ends” la vocalización así la canción propiamente nos recuerdan a “Thick as Thieves”. Un rock inspirado en el género western con un buen acompañamiento de teclado.
Después en “Are You Looking for Some Action?” nos encontramos con una guitarra parecida al de la música disco, junto con unos arreglos que remiten a la escena electrónica de los noventa. Sin lugar a dudas un buen experimento, una canción que podría estar en un momento cúspide de cualquier fiesta.
“All through the night” con su guitarra propone una melodía calmada, una vocalización calma alternada entre Pizzorno y Meighan y un theremín bien usado. Crean una canción simple, nostálgica y que funciona bien. De nuevo no destacan, pero no quedan mal.
“Sixteen Blocks” tiene silbidos que marcan una tonada simple, pero agradable. La guitarra, el sintetizador, y el manejo vocal nos remiten a los recursos habituales usados por esta banda, en particular a “Man of Simple Pleasures” pero menos fuerte.
Con “Bless This Acid House” de nuevo aparece una canción con guitarra al estilo rockero de Primal Scream. Aquí no destacan en cuanto a composición musical, pero es una buena para pasar el rato.
“Put Your Life On It” tiene un inicio con un toque similar al de “Give Peace a Chance” de John Lennon, que en lugar de llevarnos a la protesta, nos guía a una agraciada despedida con toques pop y coros casi gospel.
En definitiva los años no pasan en balde; en esta ocasión, Serge Pizzorno, mente maestra de Kasabian (y productor), sigue haciendo de las suyas experimentando con composiciones menos densas, pero en varios casos, muy rescatables. No todo el disco es excelente, pero bien podemos verlo como un Kasabian haciendo rock americano.
El Gato Gordo