Miles Kane – Coup de Grace (2018)

Puntaje del Disco: 8,5

  1. Too Little Too Late: 7
  2. Cry On My Guitar: 8,5
  3. Loaded: 9
  4. Cold Light of Day: 7
  5. Killing the Joke: 8
  6. Coup de Grace: 8
  7. Silverscreen: 8
  8. Wrong Side of Life: 8,5
  9. Something to Rely On: 8
  10. Shavambacu: 8,5

¿Se consolidará? Una larga espera de cinco años ha terminado. Después del agradable Don´t Forget Who You Are, y de su segundo álbum con su proyecto The Last Shadow Puppets, junto a Alex Turner. Miles Kane nos trae Coup de Grace.

Si bien Miles apareció en escena como parte de esa escena post dos mil diez, junto a Jake Bugg, como un estertor de la oleada de artistas retro como The Strokes, Arctic Monkeys, Interpol, Franz Ferdinand, The Libertines, White Stripes, etc. emergió en un tiempo donde aquellas bandas habían tomado su camino, la mayoría condenándose a un sonido pobre y vivir del nombre, otras desechas (caso The Libertines y White Stripes, con proyectos solistas), y pocas siendo un estándar de un alto sonido, como Franz Ferdinand, Arctic Monkeys y Kasabian.

Uno de los problemas que encuentro en la carrera de Miles Kane, es que sus discos solistas no alcanzan la dimensión artística para considerarlos excelentes de principio a fin, ni mucho menos como un parteaguas de la música (cosa más que complicada en estos tiempos), aunque sí tienen calidad suficiente para escucharse enteros. Pese a estar bajo la tutela de colaboradores como Noel Gallagher, juntarse con Paul Weller, llegar al mercado de la moda de la mano de la importante marca Fred Perry, o bien aliarse con Alex Turner en The Last Shadow Puppets, no ha terminado de dar el gran salto que catapulte su carrera; en el último caso, me parece una banda que lejos de colaborar y expresar ambos su talento, Turner se come a Kane, y no logran hacer una sinergia que les permita dar grandes álbumes con ese proyecto, de modo que prefiero a Turner con los Arctic, y a Kane como solista.

Alguna vez un amigo melómano me dijo que el tercer disco de una banda, o de un artista en general, es aquél que nos demuestra de qué está hecho; en el cual podremos apreciar la calidad del artista, y ver si da para una larga trayectoria. Generalmente el primer disco de cualquier artista es la novedad, y es bueno, el segundo es bueno, pero no a la medida del primero, y en el tercero se da el gran salto donde asciendes, o caes estrepitosamente.

Una vez dicho lo anterior, ha llegado el momento de la crítica, tema por tema. “Too Little Too Late” es una canción pretenciosa, un afán de abrir el disco con fuerza que no termina de cuajar, sin ser mala. Una canción con toque mod y tintes de arrogante líder que no destaca en sus arreglos, casi genérica.

“Cry On My Guitar” tiene una guitarra que nos remite a Marc Bolan y T-Rex, suena bien, y sin duda alguna se siente mejor que su predecesora. Una canción glam, sencilla y que suena bien, también nos remite un poco a Oasis, un buen tema para desgreñarse en un agradable rato de ocio.

En “Loaded” encontramos un gran inicio de piano, no destacado en el plano de virtuosismo musical, pero sin duda tiene esa gran sensibilidad pop de manufactura inglesa, recuerda un poco a Bowie, y también suena bien; sin duda un punto alto del disco.

“Cold Light of the Day” nos presenta una guitarra rock no estridente, estilizada, una versión inglesa mejor hecha que el tipo de música que hacían The Strokes, los coros suenan prefabricados. Sin duda a Kane no le sienta bien jugarle al rockstar con la guitarra.

“Killing Joke” inicia son sintetizadores muy a la usanza de la estética de los ochenta, pero trae cierto toque musical y vocal que la hace funcionar, parece alguna canción perdida del AM de Arctic Monkeys; no destaca, pero tampoco aburre, simplemente es un buen pop, sin exagerar.

“Coup de Grace” es un new wave cadencioso, sus arreglos no destacan; quiere sonar al Bowie de esa década, lo logra, pero no brilla.

“Silverscreen” empieza con una buena guitarra, eso sí es un The Strokes mejorado, ese cantar rápido y arrogante, incluso sexoso en esta ocasión sí le funciona. Es una canción bien hecha que reaviva el interés en seguir escuchando el disco.

“Wrong Side of Life” trae esos efectos de voz, esa sensibilidad pop brillosa del álbum blanco de los Beatles, luego encontramos esos guitarrazos que guían la canción a buen puerto; esto es un rock pop bien hecho. El modo de cantar, la entonación evoca a Jagger.

“Something to Rely” on tiene una melodía juguetona, un rock rápido estilizado; no deja de ser agradable escuchar a Miles intentar cantar de distinto modo, ni los cambios de ritmo de la canción.

“Shavambacu” tiene un sonido curioso, la guitarra nos lleva llevarnos a un ritmo hipnótico, cadencioso, que resulta agradable acompañado por piano, generando una atmósfera un poco oscura que pasa a un tradicional pop inglés; sin duda alguna, un buen cierre de disco.

En este disco Miles Kane dio el salto y voló; no logró consolidarse como una gran figura, pero sí como una propuesta interesante. Sin duda alguna tiene crédito para que sigamos escuchando sus discos.

El Gato Gordo

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