Antony Hegarty, actualmente conocido como Anohni, es un músico especial. Se consagró con Antony and the Johnsons como uno de los artistas más influyentes del mundo entre minorías (es transgénero y utiliza el femenino para auto referirse) convirtiéndose en una especie de fenómeno de culto.
Anohni afirma haber nacido transgénero. Ni hombre ni mujer. Un espacio intermedio, un lugar único que reivindica para mirar el mundo, desde su adolescencia fue fan de la música pop ochentosa, en particular de artistas como Boy George y Marc Almond, líder de Soft Cell influencias que se evidencian con mayor protagonismo en su debut discográfico, Antony and the Johnsons, publicado en 1998.
Su voz que comenzaría a hacerse notar desde entonces, es un maravilloso instrumento musical en si, sonando femenino como masculino depende la ocasión y la necesidad de cada pieza. La personalidad del grupo está unida ineludiblemente a la de Anohni. Las canciones en general piezas lentas y melancólicas de jazz donde hay piano, flautas, clarinetes, violines, harpas, con un poco de guitarras combina con la voz de su figura.
Pero Antony and the Johnsons sería solo el puntapié inicial para una carrera en constante crecimiento del cantante que desde 2016 comenzó a publicar sus propios discos solistas bajo el seudónimo Anohni, aunque su futuro es incierto porque desde hace un par de años especula con su retiro: “Sigo diciéndoles a todos que es mi último show, pero nadie parece creerme”.
Después de escuchar hasta la saciedad las letras de los Hit Parades, es difícil permanecer ajena a los clichés más rancios del amor romántico en este modelo político-sensorial en el que vivimos.
Mari Luz Esteban
No existe tal cosa como el primer amor. Aceptar la idea de un primer amor significa abrir las patas a la posibilidad de un segundo, tercero, cuarto y quién sabe cuántos amores más. Existe el primer beso, el primer novio, el primer coito, el primer matrimonio, el primer falseo fariseo de un compañerismo entramado en complicidad sentimental, el primer no sé qué, pero no el primer amor. Que usted confunda eso que tuvo, creyendo que fue amor, no significa que realmente lo haya sido.
¿Qué es el amor? ¿Cuándo se utilizó el término por primera vez y con qué fin? ¿Qué es el amor platónico? ¿Es el amor un concepto basado en razonamientos profundos o solamente es un significado simple para un significante común? ¿Es amor eso que sienten las madres por sus hijos o lo que siente un patriota por su bandera? ¿El amor es un sentimiento o una idea? ¿Cuál es la diferencia entre un amante y un amador? ¿Existe algún sinónimo de amor?
Si usted no sabe qué cosa es el amor, es sencillo confundir cualquier cosa con amor. Si, incluso ahora, usted aún no entiende muy bien lo que es el amor, imagínese cuando sintió lo que usted cree que fue su primer amor. Cuando somos adolescentes y la tía nos paga doscientos pesos por bañar a su perro o lavar su camioneta, sentimos que somos ricos sólo porque jamás habíamos recibido ni necesitado dinero; al pasar el tiempo, y al crecer nuestra necesidad, notamos lo ingenuos y equivocados que estábamos al considerar un billete mediano como ‘mucho dinero’. Lo mismo pasa con el primer amor: no es amor, sólo es un ingenuo y equivocado sentir.
No hay amores primeros y segundos, tampoco hay amores más intensos que otros, porque amor sólo hay uno. ¿Quieres encontrar el amor? Primero debes saber qué es. ¿Cómo encontrarías un ‘topoto’ si no sabes qué es? (y conste que esto es una divagación filosófica que me estoy plagiando de alguien más).
Todo el mundo cree que quiere amor; si lo conocieran, tal vez ya no lo querrían. Todo el mundo cree que quiere amor; al no encontrarlo, se aferran a esa primera cosa que sintieron, y dicen el primer amor es el mejor o el primer amor nunca se olvida o amor verdadero sólo el primero. Hablar de un primer amor es tan estúpido como maravillarse por un clis de sol. Hablar de un primer amor es contribuir a la involución de la especie, es dar por muertos a tantos amantes verdaderos.
Es cierto, no existe tal cosa como el primer amor. Cuando sea de veras amor, (ya lo verás) querrás llamarlo de muchas maneras excepto ‘amor’, querrás que sea cualquier cosa excepto ‘amor’, estarás tan asqueado del amor pero tan enamorado de la persona amada que no habrá necesidad siquiera de nombrarlo.
Si bien American Life (2003) significó un paso en falso en la carrera ascendente de Madonna desde la segunda parte de los noventa, con su continuación Confessions on a Dance Floor de 2005, retornaría a la electrónica y al dance demostrando, con la ayuda del productor Stuart Price en la mayoría de los temas, que todavía podía hacer bailar a la multitud a pesar de ya ser una artista veterana.
Diseñado para ser escuchado a todo volumen. Su primera mitad es un bombazo tras otro de puro movimiento, velocidad. “Hung Up:”, “Get Together”, “Sorry”, “Future Lovers” y “I Love New York” es una combinación irresistible de buenos beats y samples que funcionan a la perfección.
La segunda parte es donde se empieza a perder el rumbo y a decaer en las composiciones, volviendose algo monótonas y repetitivas. El único momento en el que el tempo cae es en “Isaac” con sus cantos en hebreo, es el gesto más explícito del disco respecto a sus propias prácticas espirituales.
Confessions on a Dance Floor es un disco que no se pensó para ser masivo, sino para los clubes de bailes o raves electrónicas con doce canciones que podrían ser una sola, como el set de un reconocido DJ capaz de animar cualquier multitudinaria fiesta.
A veces, soy de la que intentan remontar barriletes en la tempestad,
pero nada bueno puede salir de esto.
Me obstino, me tropiezo con mis piernas y lucho contra cíclopes de cristal.
Y voy de placard en placard.
Son esos días que le pido a mi vientito de Buenos Aires, que bien conoce mi pena,
Que se la lleve, pero en forma de verso,
(Por el bien de la comunidad,
ya que para cantar soy un perro.)
Y escucho de fondo una voz que me grita…
Despiértate nena…y así veras lo bueno y dulce que es amar…
Ya despiértate nena y así veras lo triste y dulce que es vivir,
Y así de apoco,
Después de tanto andar, caigo en mí.
Y veo que la pilcha no me queda tan mal.
Y es allí que te pregunto
¿Qué ves cuando me ves?
En realidad, poco me importa…
Porque sé, que hay días que apenas me conozco,
Que me siento como el arriero….
Pero aspiro a tener mi propio cielo,
Porque dicen que así todo será más fácil…
Yo no lo sé…
Por lo pronto me sigo preguntando
¿Que ves cuando me ves?
Porque hay días en los que ni yo me conozco,
Porque sé que a veces soy de las que intentan remontar barriletes en la tempestad.
Y tal vez algo bueno salga de esto.
por ahora solo canto falta envido y truco…
Chiste nacional…
Coca y Bonjour
Natalia Balul (profesora de Filosofía y escritora)
En mil sueños me desvelo,
Persiguiéndote sin consuelo.
No se si es buen camino
Anhelarte en mi destino.
Pienso en tu figura de celestial,
Y me vuelvo de cristal.
La exaltación de tu sonrisa
No se me borra tan de prisa.
Maldigo mi suerte,
Por otra luna sin verte.
Un segundo es un mundo,
Para este triste vagabundo.
Nuestras miradas se citan,
Mil versos se recitan.
Se brindan serenatas de amor,
Que mitigan nuestro dolor.
Netflix prepara un biopic a estrenarse este 22 de marzo, que tiene al público hardrockero éxtasis.
Hace unos días salió en Youtube, el tráiler de la película que producirá Netflix sobre la vida de una de las bandas más peligrosas y conflictivas de los años 1980, Mötley Crüe. Para los que los conocen, ya sabrán de lo que estoy hablando, y para los que no, explicarles que esta banda surge dentro de la escena glam metal en Los Ángeles, la ciudad donde más se desarrolló este movimiento.
Un poco de historia
Este estilo musical si bien fue muy popular durante esos años y produjo bandas interesantes (por ejemplo: Gun´s N Roses y Bon Jovi surgen de aquí), también catapultó y llevó al extremo el estereotipo de “rockstar problemático”: adicciones, fiestas, destrucción de hoteles, problemas con la ley, etc. Y no es que esto no existía, de hecho el rock siempre tuvo su característica de ir en contra de las leyes establecidas; pero en esta etapa es cuándo dichas condiciones pasan a ser casi obligatorias. Por otro lado, los pelos batidos, maquillajes, bandanas y chaquetas de cuero acompañaban estéticamente los videoclips de esos años.
En todo éste contexto surge Mötley Crüe; corría el año 1981, cuando el bajista y principal cerebro del grupo Nikki Six reunió al baterista Tommy Lee, al guitarrista Mick Mars y al cantante Vince Neil para formar el conjunto; todos músicos conocidos en la escena angelina de esos años. Musicalmente hablando, sus inicios estuvieron marcados por un sonido más heavy metal, sobre todo con sus primeros dos álbumes: Too Fast For Love (1981) y Shout At The Devil (1983). El primero se convirtió en un clásico metalero y tuvo una enorme aceptación del público; en cuanto al segundo, potenció el sonido anteriormente escuchado, le sumó algunas influencias punk y volvieron a ser un éxito.
Luego de estas grandes producciones, la banda decide enfocarse en un estilo más hard rock y orientado a las estaciones radiales, y de todo es proceso surgen sus siguientes tres álbumes, que los catapultaran a la fama mundial: Theatre of Pain (1985), Girls, Girls, Girls (1987) y el que para muchos es el mejor de todo su material Dr. Feelgood (1989). Éste último fue realizado luego de que los integrantes pasaran por rehabilitación, por recomendación de sus representantes. Luego de esto, hay 4 álbumes más pero algunos no son con la formación original y otros se hicieron en el contexto de su retorno y tiene poco que ver con sus primeros trabajos; a su vez, no creo que la película tome la última parte de su trayectoria, sino que se centrará en sus inicios, éxitos, caída y renacimiento hasta comienzos de los 1990. (Para una mayor profundización y crítica de dichos álbumes, se encuentran en la página).
¿Qué tiene que ver Netflix en todo esto?
Una vez explicado lo anterior, volvemos al principio. Hace unos días Netflix publicó el tráiler de la película que producirán sobre ésta banda y que saldrá el 22 de marzo. En medio de la emoción por los biopic de artistas en formato ficción (la serie de Luis Miguel, la película de Freddie Mercury), este largometraje para televisión no puede llegar en un mejor momento. Si bien Netflix es conocida por producir cosas muy interesantes, también tienen productos que dejan mucho que desear; esperamos que éste no sea el caso, ya que la aguardamos con muchas ganas.
Si no escuchaste nada de Mötley Crüe o no son de tu agrado, no puedo darte motivos para mirarla todavía, ya que sólo existe un tráiler, pero puedo guiarte sobre que habrá en ella. En un principio hay que aclarar que el trabajo está basado en el libro “The Dirt” (mismo nombre que llevará la película) escrito en 2001 por los integrantes, en donde cuentan sus más bestiales anécdotas; fue bien recibido por los críticos y los fanáticos, a tal punto que es considerado el mejor disco sobre excesos en el rock escrito alguna vez jamás.
Ahora bien, visionando el tráiler podemos darnos una idea de que se centrará más que nada en el aspecto humano que en lo musical. Por lo tanto si su música no es de tu agrado, no creo que sea un impedimento a la hora de disfrutarla. Y no es que su vida haya sido aburrida ni mucho menos, como se dijo anteriormente tuvieron el status de ser una de las bandas más peligrosas del planeta, llevando los excesos a tal punto, que sus representantes y productores decidieron ponerles un freno.
Como anécdotas destacadas de sus atropelladas vidas, te nombro dos de las más conocidas: el cantante Vince Neil chocó estando borracho provocando la muerte de su acompañante, un baterista de otra banda muy amigo de él, por esto tuvo que afrontar cargos judiciales; y la otra en la que el bajista y gestor del grupo Nikki Six murió por sobredosis, y a los 5 minutos fue resucitado por unas inyecciones de adrenalina que encargó un médico; después de éste suceso se inspiró para componer la canción “Kickstart My Heart”. Estos hechos casi con seguridad estarán en la película, pero de resto dejaremos que se sorprendan con los que conocemos y creemos que estarán.
A su vez, lo más probable es que gire en torno a una comedia y si bien tendrá sus partes dramáticas, la idea será sorprenderse jocosamente de sus anécdotas. Musicalmente creo que no será tan importante como lo fue en “Bohemian Rhapsody” de Freddie Mercury, aunque seguramente se detengan a explicar el porqué de algunas de sus composiciones, no será el objetivo del film hacer un estudio sobre las mismas. Por lo pronto, en el tráiler se pueden escuchar la balada exitosa “Home Sweet Home” y la anteriormente nombrada “Kickstar My Heart”.
En resumen y a modo de cierre, pienso que ya no se puede agregar mucho más, ya se dijo lo que más o menos creo que será, ahora solo resta esperar. Ojalá sea una producción en la que se note el trabajo y compromiso por dejar en alto la leyenda de ésta gloriosa banda ochentera; y por qué no, para volver a confiar en las producciones propias de Netflix.
¿Pensar? No, no hubo tiempo para pensar; era correr y vivir o pensar y morir. Incluso históricamente (antropológicamente acaso) podríamos deducir que la especie humana ha hecho del pensamiento su propia sentencia de muerte: quien piensa, morirá.
Por eso, corrí sin pensar. Sólo corrí, quizá por instinto, pero no un instinto de supervivencia sino por uno de comodidad. En realidad, vivir no sirve para nada, estar vivo no es algo que se disfrute, vivir no es lo más importante. Lo que de veras vale la pena es vivir cómodamente. La comodidad es el verdadero beneficio de la vida. Para qué vivir enfermo; para qué vivir miserable; para qué vivir pobre; para qué vivir infeliz; para qué vivir solitario. No se huye de la muerte, se huye de la desgracia.
Fue por ello que corrí sin detenerme. Corrí, corrí y corrí. ¿De qué corría? No sé. Jamás me detuve a preguntar. Era muy arriesgado, así que mejor seguí corriendo. Parar por un momento puede ser el acto que acabe con uno; parar es lo que el universo necesita para aprovecharse de la naturaleza humana, de la involución, de la duda. ¡No! Yo no paré, sólo corrí…
Y corrí…
Y corrí…
Kobda Rocha
Tu puntuación
(Votos: 0 Promedio: 0)
Tu dosis necesaria de discos, películas, series y más