Run Like Hell

Yo corrí y corrí y corrí…

¿Pensar? No, no hubo tiempo para pensar; era correr y vivir o pensar y morir. Incluso históricamente (antropológicamente acaso) podríamos deducir que la especie humana ha hecho del pensamiento su propia sentencia de muerte: quien piensa, morirá.

Por eso, corrí sin pensar. Sólo corrí, quizá por instinto, pero no un instinto de supervivencia sino por uno de comodidad. En realidad, vivir no sirve para nada, estar vivo no es algo que se disfrute, vivir no es lo más importante. Lo que de veras vale la pena es vivir cómodamente. La comodidad es el verdadero beneficio de la vida. Para qué vivir enfermo; para qué vivir miserable; para qué vivir pobre; para qué vivir infeliz; para qué vivir solitario. No se huye de la muerte, se huye de la desgracia.

Fue por ello que corrí sin detenerme. Corrí, corrí y corrí. ¿De qué corría? No sé. Jamás me detuve a preguntar. Era muy arriesgado, así que mejor seguí corriendo. Parar por un momento puede ser el acto que acabe con uno; parar es lo que el universo necesita para aprovecharse de la naturaleza humana, de la involución, de la duda. ¡No! Yo no paré, sólo corrí…

Y corrí…

Y corrí…

Kobda Rocha

Tu puntuación
(Votos: 0 Promedio: 0)