Puntaje del Disco: 8
- War (The Process): 8,5
- The Saint: 7
- Rise: 9
- Take the Power: 8
- Breathe: 7,5
- Nico: 6
- American Gothic: 6,5
- Ashes and Ghosts: 8,5
- Shape the Sky: 8
- Speed of Light: 7
- True Believers: 7,5
- My Bridges Burn: 8
Beyond Good and Evil, es el nombre elegido por The Cult para su reencarnación en el año 2001 luego de varios años de pausa (su último disco, The Cult, databa de 1994), a su vez marco el retorno de Matt Sorum como baterista quien no los había acompañado en ningún disco de estudio, pero si había compartido giras y escenarios a principios a finales de la década del ochenta.
Para esta nueva etapa mantienen sus cualidades originales, pero le agrega con efectividad distorsión y pesadez, en especial en el sonido de las guitarras de Billy Duffy, así y todo, todavía suena a The Cult gracias a sus buenos estribillos y a la voz consistente de Ian Astbury, sin dudas uno de los mejores cantantes de rock de su generación.
La primera parte de Beyond Good and Evil es todo lo que podemos esperar de los de Bradford, con su sonido clásico intacto en especial en temazos como «War (The Process)» y «Rise». El resto alterna buenas y no tan buenas, sobresaliendo las enérgicas “Ashes and Ghosts”, “Shape the Sky” y “My Bridges Burn”.
A pesar de todos estos buenos condimentos no se trató del disco regreso que la banda esperaba en términos comerciales. Al poco tiempo perdió el interés del público y las ventas cayeron rápidamente y la relación con su nueva compañía discográfica, que demandaba ciertas exigencias demasiado exageradas a las que no estaban acostumbrados, tampoco ayudaría demasiado.
F.V.