Puntaje de la Temporada:
- Año: 2020
- Género: Anime, Acción, Fantasía
- Director: Sunghoo Park
Puntaje de la Temporada:
Puntaje del Disco: 7
Con Entren Los Que Quieran (2010), Calle 13 continúa evolucionando y experimentando con nuevos estilos, dándole cada vez más espacio al folclore latinoamericano, a las canciones de autor, al rock y por sobre todo un mayor compromiso social y rebeldía en sus letras, además su cantante Residente postulándose por aquellos años como “voceros del pueblo latinoamericano”.
Sobre este rótulo Rene comentaría: “No es algo que me propuse, sino que me cayó encima y lo estoy asumiendo por el tiempo en que quiera. Cuando me canse de hacerlo voy a ser tan honesto como ahora”. Y añadiría: “Lo hago porque lo siento, porque no me cuesta nada. Es un peso que me pongo solo. Hay un sinnúmero de rockeros que no asumen ese rol y te llenan los estadios igual, son queridos y están haciendo música. Cuando uno hace música que tiene que ver con la sociedad y con la gente, te exigen más aún”.
Entren Los Que Quieran inicia con la áspera “Calma Pueblo”, una diatriba cargada de ira contra los distintos tipos de poderes, en especial contra el gobierno de su país Puerto Rico, combinada con la guitarra de Omar Rodriguez-Lopez de Mars Volta, la siguen un puñado de temas inferiores, pero más famosos que tuvieron repercusión internacional como “Baile de los Pobres”, “La Vuelta al Mundo” y “Vamo’ a Portarnos Mal” hasta llegar a otro hito del álbum como es “Latinoamérica”, que habla de la identidad del hombre latinoamericano con participación de Totó la Momposina, de Colombia, Susana Bacay, de Perú, Maria Rita, de Brasil y el argentino Gustavo Santaolalla tocando diversos instrumentos musicales folklóricos.
Hasta el cierre nos encontramos con composiciones bien logradas pero discretas, con la excepción de Digo Lo Que Pienso otro punto alto donde Residente se luce con sus poderosos rapeos marca registrada de Calle 13, redondeando en líneas generales un avance con respecto a sus anteriores lanzamientos con el agregado de hacerlos acreedores con este álbum de diez nominaciones a los Preios Grammy Latinos de los cuales ganaron nueve.
F.V.
Una frase muy común en literatura popular es No juzgar un libro por su portada, cuyo significado se ha metaforizado para hablar sobre cualquier cosa, por ejemplo para no evaluar un producto o establecimiento antes de probar sus servicios, incluso se utiliza para no prejuzgar el comportamiento de las personas guiándose por su apariencia física. Personalmente, he odiado dicha frase desde la primera vez que la escuché, en boca de un compañero de la escuela básica, recuerdo. ¿Qué no se supone que de la vista nace el amor? Eso es juzgar por el exterior ¿o no? Bueno, al menos en primera instancia. Estoy de acuerdo con que se debe profundizar en cada cosa y una vez que se conoce algo por fuera y por dentro, entonces sí se puede decidir si es bueno o malo, pero no entiendo por qué habría de anular la primera imagen. ¿No dicen que la primera impresión es la que cuenta? Si de primera vista un platillo no se me antoja porque se ve asqueroso, ¿por qué debo comérmelo: sólo porque no debo juzgarlo por su apariencia? Vaya, si hasta una mascota se elige porque nos parece “bonita”, es decir, agradable a la vista. Lo mismo con la ropa, con un automóvil, y hasta con los muebles de la casa. Todo se elige por cómo se ve. Claro, repito, también se toma en consideración la utilidad, el precio, la sustentabilidad, etcétera; sí, son muchas cosas involucradas, y entre ellas también está la primera vista. No digo que la imagen superficial sea lo más importante; sólo digo que no se le deje fuera al momento de juzgar al conjunto total de elementos que componen el artículo en cuestión. Una vez dicho lo anterior, me dispondré a juzgar algunos discos por sus portadas.
a) Antología Perdida de Luzbel. Ésta es una portada impactante, sobre todo para quien no ha recibido un impacto tan fuerte de ningún otro medio. Tendría yo alrededor de ocho años cuando encontré este disco entre los cachivaches del librero a mitad de la sala en la casa de algunos familiares míos. Nacido en una tradición religiosa severa, el ver un templo con una cara demónica y angelical (ambas al mismo tiempo) en lo alto del santuario, una mujer desnuda arrodillada ante ese ser hermoso y horrible; sin mencionar que en letras mayúsculas y claramente legibles está escrito el nombre de Luzbel (detalle que un niño a esa edad no sabe que es el nombre de la banda, sino que lo relaciona como un elemento integral de la portada en su conjunto). Mirar esta portada, sobre todo a temprana edad, es la primer blasfemia emprendida.
b) ¿Dónde jugarán las niñas? de Molotov. Una colegiala sexuada es ya un límite excedido. Entre lo moroso y lo intolerante, se prefiere conceptualizar la adolescencia como un período no sexual por excelencia. Por una parte, una joven estudiante no puede ser sensual ni sexual; por otra parte, un espectador cualquiera no debe sentirse atraído por la belleza ni por la sexualidad de una quinceañera. Todo lo cual, evidentemente, es una estupidez. Las personas a esas edades ya tienen noción fisiológica, sensitiva e ideal de todo lo que el desarrollo sexual significa. Privar a un adolescente de su sexualidad es privarlo de su libertad, de su ser, de su derecho a existir como ser humano completo. Además, forzar la propia percepción para ver o no ver a otra persona como atractiva es un crimen filosófico básico. Esto es: no se debe limitar la vista ni la percepción, el cuerpo instintivo será atraído por mera bestialidad; lo que nos civiliza en realidad es la moral y los principios (¡Cuidado! No se vaya a confundir con morosidad y prejuicios). En fin, todo esto sólo para decir que esta portada transgrede todas esas barrabasadas y lo muestra en brillante forma.
c) Debajo De Los Cielos Púrpura y Tristeza de Lucifer ambos de Transmetal. La contraposición de conceptos, el maniqueísmo bipolar, en resumidas palabras: el bien malvado y el mal bondadoso. Éstas son un par de portadas espléndidas que renuevan toda la concepción de los seres divinos, dos portadas que hablan por sí mismas y sólo hace falta echarles un vistazo para notar su grandeza.
d) El Día En Que Se Inventó La Muerte de Ultratumba. La pintura de Miguel Ángel retratando a San Jerónimo haciendo la traducción al latín de la Sancta Biblia. ¿Hace falta decir algo más?
Kobda Rocha
Puntaje de la Película:
Seguir leyendo Zack Snyder’s Justice League
Puntaje del Disco: 8
Fetch the Bolt Cutters, es el título de otro maravilloso álbum de la cantante y música femenina de los Estados Unidos más relevante del siglo veintiuno: Fiona Apple. Su quinto material de estudio, es un trabajo conmovedor, profundo, impredecible y estimulante lanzado en plena auge mundial de la pandemia del COVID-19 en Abril de 2020.
Desde sus inicios siempre buscó romper el molde, pero fue desde su despegue, Extraordinary Machine, que se convirtió en una artista de culto que se destaca por sus arreglos complejos, letras ingeniosas, intensa voz y melodías vertiginosas con standars de jazz.
A diferencia de sus antecesores la percusión es la principal protagonista en el sonido del disco, Fiona describiría el resultado como una especie de: “orquestas de percusión”, una radical apuesta al caos que se contrapone a las melodías tradicionales de la música popular. En la gran mayoría de los casos funciona bien, pero sobresalen en particular temas como “Shameika”, “Newspaper”, “Ladies”, “Heavy Balloon” y “I Want You to Love Me”.
Fetch the Bolt Cutters, podría resumirse como una compilación de todas las virtudes de la artista, aunque el piano sea menos protagonista, así y todo, resulta por demás atractivo, con letras originales y representativas de la era #Metoo, original y se transformó fácilmente como uno de los lanzamientos estelares del año pasado.
F.V.
El amor es un lujo, es decir, un elemento innecesario para la vida de cualquiera. El amor es un coctel de mantarraya: delicioso, único, muy costoso y difícil de conseguir. Por supuesto, una vez que alguien ha probado tal manjar, quisiera no dejar de comerlo, desearía desayunar, almorzar, comer, botanear, merendar y cenar siempre y todos los días coctel de mantarraya. El lujo, sobre todo cuando se tiene la capacidad socioeconómica para sufragarlo, se vuelve una adicción. Sin embargo, aunque hay personas que han hecho de los lujos una cotidianidad en su estilo de vida, en realidad es algo innecesario. Comer sí es una necesidad, pero sólo comer, satisfacer el hambre, no morir; eso se satisface con cualquier lata de poroto. (No quisiera atender directamente a la teoría de Maslow, aunque si eso funciona para entender mi punto, entonces no interpongo ninguna objeción en que se considere argumentativo en el refuerzo de esto que expongo.) Para explicarlo con un ejemplo más sencillo: la necesidad es dormir, donde sea, incluso en el suelo, pero dormir… el lujo es dormir en un bosque privado, en un castillo propio, en la alcoba principal, en una cama de oro con pieles de oso por cobijas. Sí, se necesitan lazos emocionales, pero esa necesidad se satisface con los amigos, la familia, los vecinos, la pareja, los hijos. El amor es un lujo que sólo algunos pocos pueden escotar. Se puede pasar toda una vida sin comer mantarraya y seguir siendo feliz, o también se puede comer mantarraya a diario sin que eso signifique ser más feliz que aquel que nunca la ha comido en su vida. Quien no puede costearse un coctel de mantarraya tendrá infinidad de argumentos para convencerse de que es aún mejor vivir sin comer mantarraya; quien sí puede financiarse un platillo así poseerá a su vez muchos argumentos para defender su estilo de vida. Ambos casos son válidos y valiosos; en cualquiera de ambos lados que nos encontremos, se puede llevar una vida feliz. El verdadero problema con los lujos son las personas que no tienen los recursos para llenarse de esos mismos lujos pero sueñas, desean, anhelan y viven esperando algún día, aunque sea por unos cuantos minutos, poder disfrutar de esos lujos tan inalcanzables. El problema es preparar un atún como si fuera mantarraya; servir sardina en la mesa y decir que a eso mismo sabe la mantarraya. El problema es que todo mundo persiga el amor y se engañen a sí mismos y a sus respectivas parejas de que eso es amor cuando sólo es sexo, afecto, cariño, querencia, aprecio, atracción, estima, amistad, o alguna lata de sardina similar a las anteriores. Lo correcto es comer sardina y disfrutarla por lo que es, estar consciente de su sabor y ser feliz con lo que se tiene al alcance. ¿Por qué soñar con comer mantarraya cuando jamás se podrá obtener? ¿Por qué perseguir el amor cuando ni siquiera se tiene idea de lo que es (como la mantarraya)? El amor sólo es un lujo… y amar es mera vanidad.
Kobda Rocha
Puntaje de la Película:
Puntaje del Disco: 7,5
Vapuleado por la prensa musical de la época Autoamerican (1980), el quinto trabajo de estudio de la banda de new wave y punk Blondie, estableció el punto de partida de los neoyorquinos para asumir riesgos y experimentar con otros géneros como el reggae y el rap.
Así fue como Debbie Harry y Chris Stein seleccionaron como sencillos del disco en primer lugar al cover a su estilo de “The Tide Is High” (himno del reggae de The Paragons, compuesto en 1967 por John Holt, leyenda de la música jamaicana) y luego “Rapture” un tema que combina, el funk, el disco y el rap que nació por la amistad que el guitarrista y la cantante establecieron con uno de los pioneros del hip hop: Fab 5 Freddy.
Otras pistas primordiales en Autoamerican son “Here’s Looking at You”, una especie de homenaje a las antiguas big bands, las sofisticadas composiciones “Faces” y “Do the Dark”. Sin embargo, también conviven pasajes flojos, deslucidos que no superan el promedio promediando un nivel general lejano al de sus LP más trascendentes.
Sorpresivamente Blondie no salió de gira para apoyar Autoamerican por lo que Harry aprovechó este tiempo para impulsar su debut solista: KooKoo (producido por Nile Rodgers), idea que no fue bien recibida por sus compañeros, lo que represento el comienzo del final para el conjunto.
F.V.
Puntaje del Disco: 6
En el ocaso de la década de los noventa, Suarez editaría su cuarto y último disco de estudio: Excursiones. En este álbum el sonido de la banda se siente un poco más pulido especialmente en la producción. La voz de Rosario más nítida y muy parecida a los últimos discos que lanzó en este milenio. En ese aspecto, el sonido es fresco, sobre todo si consideramos que Suárez era una de las pocas bandas índies conocidas de los noventa en Argentina. Pero pero pero, el disco tiene un problema gigante que son sus melodías. Es como si todo lo prometedor que puede resultar Suárez terminará arruinado por las melodías mediocres que tienen cada uno de sus temas. De hecho, no hay una sola canción que sea memorable por ese defecto.
Con ese gran inconveniente latente a lo largo de todo el disco, solo un par de canciones sobresalen en Excursiones, y son justamente los momentos en que Suarez apela a su vena más rockera manteniendo el espíritu alternativo. Tal como sucede en «Tarde de cansancio» y “Anguila”. En contrapartida, los momentos más Pop de la banda es cuando aparecen sus melodías más monótonas.
Todo en su conjunto hace de Excursiones un trabajo bastante regular, con pocos atractivos para escucharlo y disfrutarlo, lo cual es una pena al tratarse del último disco de Suarez.
Persy
Hoy vestimos de negro, y no por luto sino por vergüenza… o, digamos, para ser reservados, por respeto, por decoro y por discreción. En la digresión de hoy mostraremos cinco espejos musicales claros e innegables. Cabe mencionar que los hemos llamado “espejos musicales” y no meramente plagios ni, mucho menos, sucias y viles copias. La diferencia radica en que un espejo musical no está “inspirado” en otra canción previa sino que por alguna casualidad suena igual que aquella. Es decir, que dos canciones suenen muy parecidas no siempre significa que alguien haya copiado la melodía de otra persona, pues a veces ni siquiera es posible que se hayan escuchado jamás porque ambas canciones se compusieron al mismo tiempo o porque ambos compositores están en una parte muy lejana del mundo apartados entre sí o porque la pieza que existió primero nunca fue tan famosa y popular como para haber llegado a los oídos del otro. En fin, cualquiera que sea la razón por la que estas canciones suenen muy similar, nosotros confiamos en los artistas, en los compositores (quienes han demostrado muchas veces tener creatividad y talento, por lo que sería ilógico pensar que se “robaron” una melodía), confiamos en las bandas, confiamos en el genio musical interno de cada uno y, por eso, no señalaremos ni criminalizaremos a nadie. No es nuestra intención ser jueces ni verdugos; simplemente, es nuestro interés entretenernos escuchando los siguientes espejos musicales.
1) My heart flies on her wings
Now I’m crying, the moon so red
Tomorrow shall be another hell
To the sun, the sky’s soul is fed
2) As water spins in circles twice
Spiders, snakes and little mice
Get twisted around and tumble down
When Nature calls, we all shall drown
Kobda Rocha