Las cosas siempre saben mejor cuando se presentan en pares. Por algo habrá sido que fuimos dotados con dos manos, dos brazos, dos piernas, dos pies, dos pulmones, dos ojos, dos orejas, dos hombros, dos codos, dos rodillas y dos riñones. Las torres caídas eran dos, los hijos de Adán también dos, e incluso la naturaleza quiso que al arca de Noé llegarán de dos en dos. Porque, si algo es bueno, repetido es mejor. Para darse cuenta de esta gran verdad, basta con quedarse solo un rato y en seguida comienza la ansiedad de emparejarse, pues uno significa soledad y aislamiento mientras que dos significa compañía, amistad y cariño. Por esta razón es que Adán hubo solicitado a dios la creación de Eva, porque todo siempre es mejor cuando viene en pareja. Y por esto mismo, en la digresión de hoy, presentaremos algunas canciones indisolubles, inseparables, canciones que forzosamente se deben escuchar de dos en dos porque, aunque son buenas por sí solas, cuando se escuchan juntas son maravillosas.
- Tool y su magnífica dupla Parabol – Parabola. Una entrada envolvente, penetrante y tan compleja como sólo Tool sabe hacerlo. No es un intro a la canción, tampoco es una separación auditiva ni mucho menos emocional; es simplemente la genialidad de unir dos canciones para generar un efecto de unidad, de comunión y, sobre todo, de perfeccionamiento musical.
- Otra vez Tool pero ahora con Wings For Marie. Esa entrada calmada, espaciosa, pasiva y paciente de a poco comienza a calmar el espíritu que lleva una espera de diez mil días de condena. La entrada en acción es ascendente, con bastantes laberintos auditivos y arenas movedizas que se tragan a cualquiera que preste atención al motivo de la lírica. El cambio, es decir, el complemento en dos canciones diferentes, extrañamente cada una con su propio intro y su salida, son una pieza conjunta de magnificencia.
- La Canción Del Pirata ejecutada magistralmente por Tierra Santa. El bellísimo poema de Espronceda entra en conversación directa con la musicalidad de esta banda. El ritmo, la cadencia, la rima y ese pie quebrado que enaltece la visión poética del pirata se ponen en camino a la trascendencia artística a través de la instrumentación exacta de Tierra Santa, quienes tuvieron a bien la genialidad de separar el poema en dos canciones. ¡Una chulada total!
- Esta lista no estaría completa sin mencionar a Transmetal. A lo largo de su carrera han tenido momentos gallardos de emparejamiento musical; comenzaron con una unión temática, luego con la fusión conceptual, pasando por la entrada y hasta por la salida compositiva, todas esas fases ejecutadas tremenda e impresionantemente bien, por cierto. Sin embargo, finalmente lograron culminar esa búsqueda de presentar dos canciones en par indisoluble con Bruno Blázquez como frontman. La cúspide está en la desquiciada Habitante De Una Mente Insana y la invernal Boquea En Diciembre.
- (sic) y Eyeless de Slipknot son un par de canciones que no pueden ser una sola porque es demasiada ferocidad para un track. Para no reventar los cerebros de la juventud… o, mejor dicho, para sí reventarlos pero aun así dejar cabida a nuevas explosiones auditivas y conceptuales, esta conjunción de brutalidad y demencia debe estar dividida en dos canciones diferentes que, a pesar de ello, son una sola mancuerna musical.
- Para cerrar esta lista con broche de oro, nombraremos a Myriads con The Sanctum Of My Soul. Canción que se presentó como hit y sencillo de la banda (que de sencilla no tiene nada), formando parte en las filas de los acoplados de bandas de Doom y Gótico, entre otros. Una canción espléndida, encantadora y simplemente perfecta. No conformes con esa impresionante maravilla, cuando finalmente uno tiene la oportunidad de escuchar el disco completo, llega una canción previa titulada Inside que agrega un elemento divino, casi deífico, a la totalidad de sentido de esta obra. Desde entonces, ya no es una, sino dos canciones dignas de los paraísos más profundos del arte musical.
Kobda Rocha