Puntaje del Disco: 6,5
- La Verdat: 6
- La Llamada: 8
- El Principio: 7
- Un Poco: 7
- El Río: 7
- Más Calor: 4,5
- La Boca: 6
Me encanta los Reyes del Falsete como banda y me gusta que los grupos experimenten. Pero a veces los experimentos de los mejores no resultan ser necesariamente buenos. Ese es el caso de Guacalart, el cuarto disco de Los Reyes del Falsete, cuyo nombre nunca fue mejor puesto, por las sensaciones encontradas que genera, por una sencilla razón: los Reyes se sumergen en la electrónica, sonando como una versión de Kraftwerk del conurbano.
Guacalart es un giro completo donde los sintetizadores son los grandes protagonistas. Más allá de eso, las melodías indies siguen presentes, aunque francamente no son las mejores que escuchamos de ellos. No son malas, pero sí genéricas y un tanto olvidables.
Así que el disco tiene dos grandes problemas, la falta de identidad cuando apelan a la electrónica. a punto tal que en ningún momento no parecen los Reyes del Falsete. Y por otro lado, la falta de buenas melodías.
Es como si los Reyes hubiesen apostado por combinar Krautrock con Indie Pop, dejando de lado lo que mejor hacen que es el Indie Rock de guitarras más viscerales y precisas. ¿Dónde están las guitarras distorsionadas? ¿Su reminiscencia a Sonic Youth?. «El Río» es la que más se acerca a ese estilo, aunque no de manera brillante.
Entre esa mezcolanza, que incluye experimentación con el Rap en «La Boca», el tema que más resalta es «La Llamada», que debe tener la mejor melodía del álbum, contando con la colaboración de Rocio Fernandez y Maria del Rocio Bernardiner en voces. En ese aspecto, hay que resaltar que las interpretaciones vocales suenen extrañamente más pulidas de lo que habitualmente nos tienen acostumbrados los Reyes.
En definitiva, Guacalart es un álbum de buenas intenciones a la hora de buscar nuevos horizontes, aunque de un resultado que termina siendo chato de una banda desconocida, que no deja de ser una de las más destacadas del Indie argentino.
Persy