Creer sospechas y negar verdades es lo que llaman en el mundo ausencia, fuego en el alma, y en la vida infierno.
Lope de Vega
Toda mi vida ha estado llena de mentiras. Todo el mundo me ha engañado siempre. Tanto se me ha mentido que al día de hoy difícilmente logro distinguir entre la verdad y la falsía.
Mis padres me dijeron que yo era un niño especial, que era único, que era el mejor hijo que pudieran haber tenido, que estaba destinado a la grandeza, que mi felicidad era su felicidad, que yo podría lograr cualquier cosa que me propusiera, que ellos estarían allí siempre que los necesitara, que yo iba a realizar todos mis sueños. Mis padres fueron mis primeros grandes falsarios. Alimentaban mis expectativas de vida con mentiras utópicas, no he logrado descifrar para qué.
Mis maestros me dijeron que todos somos iguales, que yo tenía las mismas oportunidades que cualquiera, que no debía importarme el dinero ni la clase social, que estudiar me llevaría a hacer grandes cosas, que la escuela era un recinto sagrado, que el conocimiento y la sabiduría eran la mejor arma contra un mundo despiadado, que yo llegaría lejos si me esforzaba lo suficiente. ¡Oh, grandes embusteros, cuánto se burlaron de este pequeño idiota que creyó sus mentiras!
Mi gobierno me dijo que existía la justicia, que la ley me protegía, que no estaba solo, que le importaba mi bienestar, que lo apoyara porque él me apoyaba, que mi bandera era un símbolo de grandeza y solidaridad, que muriera protegiendo sus intereses, que era un honor ser mejicano, que era un orgullo ser mejicano, que méjico se escribía con letra capital y x intervocálica. Qué ingenuo he sido. Todos se han aprovechado de mi entrega, de mi fe. Soy el crédulo más ridículo que se ha visto desde el muro de Berlín.
Mi novia me dijo que me quería. Mi segunda novia me dijo que me amaba. Mi tercera novia me dijo que siempre estaríamos juntos. Mi cuarta novia me dijo que quería vivir y morir a mi lado. Mi quinta novia me dijo que yo era el indicado. Mi sexta novia me dijo que moriría si no estábamos juntos para siempre. Mi séptima novia me dijo que lo nuestro sí era amor verdadero. Mi exesposa me dijo que ésa era una unión hasta la muerte. Mi segunda exesposa me dijo que estaríamos siempre juntos por el bien de nuestro hijo. Mi amante me dijo que sólo íbamos a tener sexo sin que eso afectara nuestras vidas. ¡Todo fue mentira! …y yo, quedando como tonto, me lo creí.
Mis amigos resultaron impostores. Mis hijos resultaron espurios. Mis ideales, falsos. Mis convicciones, ficticias. Mis esperanzas, irreales. Yo mismo parezco engañarme a mí mismo.
¿Alguien recuerda cuando creyó odiar a su hermano por burlarse de sí? ¿Alguien recuerda cuando creyó que moriría porque acababa de fallecer su padre? ¿Alguien recuerda cuando creyó que no se volvería a enamorar perdidamente de otra persona de nuevo? ¿Alguien recuerda cuando creyó que la policía le iba a salvar la vida? ¿Alguien recuerda cuando creyó que el dinero no era la felicidad? ¿Alguien recuerda cuando haber creído en Dios? ¿Alguien recuerda cuando creyó que, en el fondo de su corazón, la gente era buena? ¿Alguien recuerda cuando creyó que tener un hijo salvaría su matrimonio? ¿Alguien recuerda cuando creyó que ir a la universidad lo convertiría en mejor persona? ¿Alguien recuerda cuando creyó que el sexo era el mayor placer del mundo? ¿Alguien recuerda cuando creyó que ese cáncer se curaría con un buen tratamiento? ¿Alguien recuerda cuando creyó que era el mejor en lo que hacía? ¿Alguien recuerda cuando creyó que esos juguetes los habían traído los reyes magos? ¿Alguien recuerda cuando se sintió muy muy feliz? Ahora, varios años después, nos damos cuenta de que nada fue verdad. ¿Ya notaron que yo no soy el único que ha vivido engañado toda la vida?
Kobda Rocha