Esencialmente, el Doom se compone de una contraparte vocal melódica femenina (dulce, soprano, armónico) y el gutural masculino (bestial, agresivo, caótico). Es una tradición esperada, es algo innato del género, es casi natural del mismo. Sin embargo, hay algunos rebeldes que se resisten a este precepto y logran hacer un Doom total y puro sin necesidad alguna de ese contraste, se limitan a la voz masculina, aunque no necesariamente a lo gutural, sino que una misma garganta abarca distintos registros para llenar el hueco que deja la ausencia del ente femenino. Aquí un puñado de ejemplos.
- My Dying Bride, considerados de pronto los padres del género, los iniciadores o, acaso, los antecedentes de esta premisa musical. Han logrado mantener a lo largo de su carrera una ambientación perfecta dentro del Doom con esas múltiples voces que logra conjurar Aaron Stainthorpe. Como algo específico, recomiendo el sublime álbum del 2004 titulado Songs of darkness, words of light.
- Virgin Black, otra gran banda con una propuesta magnífica a una voz. Su sentido es también oscuro, hosco y profundo como el de My Dying Bride, con la diferencia que la garganta de Rowan London es un tanto más melódica que la de Stainthorpe, quien es más doloso y desgarrador. Hay que escuchar Sombre Romantic para notar la fuerza, la magnanimidad y la supremacía de la virgen nocturna.
- El momento ha llegado… Dark Lunacy. Aquí es donde el Doom marca su línea ante el metal en general, y sobre todo pegándole al Death Metal. Los arreglos orquestrales de Enomys le dan la esencia Doom a estas composiciones que bien podrían ser catalogadas como Death sin recriminación alguna. Además, aquí no es total la ausencia de la multiplicidad de voces, pues su sonido estpa complementado de coristas ocasionales, tanto masculinos como femeninos. No obstante, es notorio que sólo es un acompañamiento vocal y no una participación principal, la cual se le reserva a la emotividad y los gritos de Mike Lunacy. Escúchese Devoid, su obra maestra, como prueba de todo lo anterior.
- Finalmente, y para no abandonar por completo la controversia, se encuentra Moonspell. Ésta es una banda que también ha sido encajada en muchos otros géneros, y es que además ellos mismos han navegado por muchos y muy variados sonidos que se alejan demasiado entre sí. Pero si habremos de considerarlos como Doom, al menos por su ópera prima Wolfheart, veremos que Fernando Ribeiro puede solucionar todas las exigencias vocales que solicita el género por sí solo. Que se sienta el corazón de lupus y a subir el volumen que sólo así podremos llegar a la verdad.
Kobda Rocha
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