El viejo vinilo siguió girando,
Hasta que las últimas velas,
Se fueron apagando.
Las personas ya no discutieron,
Argumentos languidecieron,
Ideologías se extinguieron.
La artesanía se fue perdiendo
el arte y la ilusión, desvaneciendo
Y los sueños sin rumbo, esparciendo.
No hubo más poesía,
Ni música ni fantasía,
mucho menos armonía o filosofía.
Desaparecieron los trabajadores,
Suplantados por programadores,
Sólo resistieron algunos ordenadores.
La evolución destruyó la imaginación,
Las ideas fraccionarias
Se volvieron rutinarias.
La balanza comenzó a inclinarse siempre para el mismo lado,
Podes jugar una carta o tirar un dado,
Pero el resultado siempre está cantado.
Los eternos perdedores
Se volvieron ganadores
y son ahora petulantes señores.
Ellos te hablan de respetar las instituciones
Como si fueran divinas imposiciones,
Pero sólo quieren frenar revoluciones.
El viejo vinilo siguió girando,
Hasta que las últimas velas,
Se fueron apagando.
Santiago Segura