El segundo día del Personal Fest era tan prometedor como el primero, bandas como Sonic Youth, INXS y The Kills se presentaron convocando un gran caudal de jóvenes. Para los adoradores del rock y especialmente de bandas como Sonic Youth la jornada era algo difícil. Los organizadores decidieron mezclar este tipo de público con grupos como Calle 13 y Damian Marley que no coinciden en nada con su onda. Tal vez lo más apropiado hubiera sido hacer un día por separado para grupos de estilos latinos, ya sea reggaeton, cumbia, ska y reggae como los ya mencionados. Aunque no fue así, sirvió para decorar este festival como lo que fue: una gran fiesta. De todas formas, para los incondicionales que querían escuchar solo a The Kills y Sonic Youth la grilla de horarios que decidieron era bastante inconveniente. Mientras el dúo comandado por Mosshart y Hince se presentaba bien temprano a las 19:20hs, Sonic Youth hacia el cierre pasada la medianoche. Un enorme bache en el medio pero con alternativas de entretenimiento.
Mi llegada fue cerca de las 20hs, confiado en la velocidad del 160 (un nuevo colectivo que me defrauda en mi larga lista) llegué tarde como para asistir al recital completo de The Kills. Por fortuna, pude presenciar tres temazos que me alcanzaron para apreciar su rock con esa tremenda dosis de energía sexual. Con Alison teniendo el pelo teñido de colorado furioso y Jamie con un sombrero que parecía de policía, el primero que escuche de ellos fue la siempre bienvenida balada “Black Balloon”, luego uno de Blood Pressures (su último disco) “Pots and Pans” y para cerrar una canción que ya es un clásico “Tape Song”. Terminada su presentación me lamenté durante toda la noche no haber llegado antes.
Eran ya las 20:20hs cuando Damian Marley y su banda saldría al escenario, lo poco que escuché de ellos no me motivó en absoluto, sumado a mi rabia porque tenía un mejor horario que The Kills, decidí recorrer el lugar. Había muchos stands donde no solo vendían merchandising, había juegos, promotoras entregando “souvenirs” e incluso un samba. Hasta que finalmente me estacioné para presenciar a El Mato. La banda Indie liderada por uno de los frontman más antiestéticos del país Santigo Motorizado, un tipo barbudo, con una panza prominente y en pantaloncitos de futbol. Así y todo, uno de las figuras emergentes más importantes dentro del under nacional. Su concierto estuvo bueno, fiel a su estilo, floreándose con guitarras distorsionadas que sacudían el ambiente.
Para las 21:30hs la cita era con INXS. Cuando iba a comenzar su show, los organizadores revoleaban unas especies de bastones inflables que tenían una pelotita de luces en el medio. Fue entonces cuando salió la banda con un nuevo vocalista (después de tantos), Ciaran Gribbin que le puso buena onda a la noche (aunque a veces empalagosa). Sin la ambición de ser un nuevo Michael Hutchence, que nunca fue olvidado (coreando su nombre y dedicandole “Never Tear Us Apart”), el papel de Gribbin estuvo bien cumplido aplicando su propio registro de voz. Fue así como la banda interpretó una buena cantidad de clásicos como “Suicide Blonde”, “By My Side”, “Original Sin” y el infaltable “New Sensation”. Es más, la mayoría se comió el amague de que cerrarían con ese tema, pero saldría al escenario para más. Los australianos brindaron un show entretenido, especialmente por lo que ofrecieron y por el cotillón (incluso había gente disfrazada haciendo un trencito).
Una vez finalizado INXS, ya se empezaban a comentar los primeros comentarios que decían “Ahora nos tenemos que comer a Calle 13”. Eran alrededor de las 23hs un momento oportuno para cenar una hamburguesa de $20 (sí, la inflación en los eventos de este tipo llegan a niveles exorbitantes). Luego me encaminé a digerir a lo lejos un poco del grupo puertorriqueño. Ya me había dicho mi buen amigo Barba que Calle 13 “esta bueno”. Hay que decirlo, dentro de los grupos latinos de esta índole es de lo más rescatable. Algunos catalogan a Calle 13 como “reggaeton alternativo” (el rotulo “alternativo” cada vez parece que le da más valor en cualquier género que lo incluya). Pero esto es más una fusión de estilos, se destaca por la intensión de crear algo un poco más elaborado y porque no todas las letras son inmundamente espantosas como las del reggaeton bochornoso de Daddy Yankee. Dicho esto, aunque busque rescatar más cualidades, Calle 13 no me gusta. Para aquellos que son habitúes lo habrán disfrutado y habrán bailado mucho. Dentro de lo que fue su presentación rescató “La Bala”, dedicada al Facundo Cabral (asesinado este año) que sonó bastante bien y algunas declaraciones de Rene Pérez contra los críticos desinformados y los periodistas faranduleros.
Mi paladar no aguantó mucho tiempo y cerca de la medianoche me fui al escenario donde tocaría Sonic Youth para encontrar una ubicación más o menos decente. A medida que avanzaban los minutos y Rene seguía hablando y cantando, el público de Sonic Youth se impacientaba, así empezaban los cánticos a favor de la banda de Thurston Moore y Kim Gorgon (increíble pero recientemente divorciados) y los chiflidos cada vez que Calle 13 interpretaba otra canción. La extensión del set de Calle 13 hizo que la espera sea interminable. Hasta que finalmente, alrededor de las 00:30hs Sonic Youth saldría al escenario.
Para aquellos que no estaban familiarizados con la banda, la experiencia de escuchar a los neoyorquinos no habrá sido para nada fácil. Empezando de la base de que no son nada comerciales y mucho menos hiteros (la raíz del rock alternativo se podría decir), se desplegaron en el escenario con su característico noise, bien crudo y estridente, improvisando bastante, incluso torturando sus guitarras con palillos de bateria y un ventilador!!
Kim comandó desde el arranque la interpretación vocal de la mayoría de los temas, y luego empezarían a reflotar algunos de los temas primordiales de su repertorio como “Tom Violence”, “White Cross”, “Hey Joni” y «Death Valley ‘69”. Luego de la sacudida de ruido, Thurston anunciaría a “Sugar Kane” para estremecerse como tema de cierre.
La presentación de Sonic Youth fue vibrante y electrizante pero algo corta para mi gusto (una falta de respeto que los organizadores prendan las luces antes de tiempo para que vayan cerrando). Y me hubiera encantado escuchar clásicos como “Teen Age Riot” (un despropósito que incluyan en un setlist corto canciones de su último disco). De todas formas fue un buen cierre para un festival repleto de grandes grupos y buenos momentos.
Persy