Puntaje del Disco: 9
Disco 1:
- In The Flesh?: 8,5
- The Thin Ice: 7,5
- Another Brick in the Wall (part 1): 8,5
- The Happiest Days of Our Lives: 8
- Another Brick in the Wall (part 2): 10
- Mother: 9,5
- Goodbye Blue Sky: 9
- Empty Spaces: 7,5
- Young Lust: 9
- One of My Turns: 8
- Don’t Leave Me Now: 9
- Another Brick In The Wall (part 3): 8,5
- Goodbye Cruel World: 8
Disco 2:
- Hey You: 9
- Is There Anybody Out There: 7,5
- Nobody Home: 8,5
- Vera: 7
- Bring the Boys Back Home: 6
- Comfortably Numb: 10
- The Show Must Go On: 8
- In The Flesh: 8,5
- Run Like Hell: 9
- Waiting for the Worms: 8,5
- Stop: –
- The Trial: 6,5
- Outside The Wall: 6
The Wall… qué decir de este álbum considerado por muchos como la máxima expresión de Pink Floyd. O por lo menos, como la expresión más pretenciosa, depresiva y compleja de Floyd (o Roger Waters).
The Wall nació como un posible proyecto solita de Waters, quien ya a esa altura además de ser el cerebro monopólico del grupo, empezaba a alejarse del resto de sus compañeros, que cada vez participaban menos en la composición e interpretación de las canciones. Por eso The Wall es sinónimo de Waters, antes que Floyd.
La idea de Roger fue crear un álbum conceptual acerca de una estrella de rock llamada “Pink” (nuevamente inspirado en Syd Barrett), que debido a sus traumas en la vida como: la muerte de su padre, la sobreprotección maternal, la educación, la drogadicción y demás problemas sentimentales, se reprime generando un muro de ladrillos (que simbolizan sus problemas) que lo aíslan del mundo. Y dentro de esta depresión hace un viaje introspectivo que lo lleva a la locura.
En este sentido el concepto de The Wall, toma la influencias de otras obras conceptuales como Tommy de los Who, Ziggy Stardust de Bowie e incluso discos suyos como Animals. Sin embargo, la tensión angustiante y depresiva que transmite esta opera rock no se puede comparar con otros discos de esta índole.
Musicalmente Floyd suena como una banda que termina de alcanzar su cúspide como grupo de rock progresivo, explotando su rock espacial que te sumerge en una atmosfera tan terrible como brillante. De todas formas, también se nota que la banda empieza a “ochentizar” su sonido, saturando sus recursos, sin sonar fresco, pero siendo todavía grande, grande como un dinosaurio. Por eso The Wall no es perfecto y en cierto punto es un disco sobrevalorado.
El otro problema de The Wall es que al ser un disco doble resulta una experiencia extensa y aplastante, especialmente el segundo disco, donde el concepto se transforma en un delirio difícil de entender y porque musicalmente termina de agotar al oyente.
Por eso el segundo disco es lo más flojo y desmedido, aun así tiene temas excelentes. La balada drogona “Comfortably Numb” es claramente el clásico más rutilante de esta segunda parte. Es un himno y uno de los pocos temas en los que Gilmour colabora en forma excepcional. Su solo de guitarra es legendario. “Hey You” y “Run Like Hell” también se destacan en este segundo disco.
Sin embargo, el primero es el que vale la pena. Cuenta con los mejores temas. Las tres partes de “Another Brick in the Wall” no tienen desperdició. Y la “parte 2” sobre la opresión de la educación, se transformaría en la canción más famosa de su trayectoria. Los temas acústicos “Mother” y “Goodbye Blue Sky” tampoco se quedan atrás. “Young Lust” rockea gracias a Gilmour, y tiene muy buen estribillo. Y la aterradora “Don’t Leave Me Now” también es excelente.
The Wall es un gran álbum y sería un éxito comercial ¿Cuántas millones de copias vendió? Hasta una película se hizo. Pero además es un impresionante espectáculo visual. Los que presenciaron los conciertos de Pink Floyd (o Waters) montando un muro en el escenario sabrán lo que digo. Aunque honestamente no creo que sea la mejor opera rock de la historia. Lo que sí puedo asegurar es que es el último gran álbum de Pink Floyd.
Persy