En plena guerra de Malvinas, Virus editaría su segundo disco: Recrudece. Un álbum que pasó desapercibido e incluso no tuvo los resultados que esperaba la banda. Y que de hecho acentuó los problemas que mostraba Virus en su primer disco, especialmente la intrascendencia de sus composiciones.
El disco arranca muy bien con “El banquete” con un sonido de New Wave más sólido de lo que Virus había demostrado en su primer álbum. También satisface el riff oscuro de bajo de “El 146”. Además hay canciones escuchables pero inmemorables como “Ay qué mambo” y “Bandas chantas arañan la nada”, pero después Recrudece baja tanto de nivel que se hace añicos, se destruye en pedazos. Los temas no solo dejan de ser recordables sino que son malos lisa y llanamente. Son canciones muy flojas que repiten su formula de sonido ochentoso y no te motivan volver a escucharlas como “Entra en movimiento”, “Caricia azul o si no soledad carmesí” y “Cave Canem”. Siendo “Se zarpó” el punto más bajo con sus pésimos sonidos de sirena de camioncito de bomberos de juguete. “El corazón destrozado de Francisco Quevedo” es el único que intenta asomar algo interesante basándose en un poco de la psicodelia a la Doors pero no deja de ser un corte débil.
Recrudece termina siendo una gran decepción, por lo menos para mí. Al fin de cuentas Federico Moura es respetable pero no es David Byrne. De todas formas Virus empezaría a alcanzar mayor popularidad y éxito con su próximo disco: Agujero Interior.
Aunque Wind of Change de 1972 no tuvo el éxito comercial que Peter Frampton hubiese deseado, lo cierto es que aquél fue un muy buen disco que marcó el comienzo de su etapa solista. El tema que daba nombre al título y “All I Wanna Be (Is By Your Side)” se alzaban como temas interesantes y fueron de los primero salientes en la carrera del músico.
Frampton’s Camel se editó íntegramente en Estados Unidos, más precisamente en New York, en los estudios de Electric Lady Land, antiguamente perteneciente al majestuoso Jimi Hendrix y El nombre del trabajo toma el nombre de la banda con la que Peter salía ede gira. Nuevamente con los músicos que lo acompañaron en su primer material (con excepción del baterista Mike Kellie que dejó su lugar a John Siomons), en esta ocasión los sonidos son más rockeros que Wind of Change y mucho de esto se debe a la guitarra pero sobre todo al tecladista Mick Gallagher, de gran participación.
El casi funkie “I Got My Eyes On You” da inicio de la mejor manera al álbum, que continúa con “All Night Long”, una composición conjunta con Gallagher. Muy buena es también la balada “Lines On My Face” que con un solo de guitarra se come toda la canción y bien lograda resultó la versión del tema de Stevie Wonder “I Believe (When I Fall In Love It Will Be Forever)”. Sin embargo, el sonido pleno de los setenta en“White Sugar” es otro de los momentos más altos de un disco, que mejoró bastante la producción de su predecesor e impulsó la carrera de Frampton.
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