It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back (1988), la segunda placa de Public Enemy, se convirtió desde su lanzamiento en uno de mayor repercusión e influencia causo, superando las barreras del mundo del hip hop.
El productor Rick Rubin y el alma mater del grupo Chuck D decidieron profundizar el uso de guitarras densas y potentes y combinarlo con bases y samplers, toda esta maquinaria de sonido la conjugarían con una filosofía punk que en sus letras no dejaría títere con cabeza. A lo largo de la hora de duración se exponen los problemas a los que el hombre negro se enfrenta a diario en Estados Unidos, enseñando a su raza el orgullo que han de mostrar en todo momento.
El disco nunca baja en intensidad comenzando con dos himnos como “Bring the Noise” y “Don’t Believe the Hype” y pasando por las demoledoras “Louder Than a Bomb”, “Caught, Can We Get a Witness?”, “Night of the Living Baseheads”, “She Watch Channel Zero?!”, “Black Steel in the Hour of Chaos” y “Prophets of Rage”.
It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back marca el punto de partida para lo que conoceríamos de aquí en más como el rap combativo. Un verdadero álbum revolucionario señalado por los especialistas en la materia como el mejor del género de la historia.
En Porco Rex (2007)el Indio Solari continúa con la senda de su antecesor, El Tesoro de los Inocentes (Bingo Fuel), con guitarras potentes y distorsionadas sonando en primer plano pero con un sonido menos opresivo y melodías más simples y una temática introspectiva que según palabras del propio Solari gira alrededor de «la muerte, el amor, el deseo y la traición».
No tendría mucho sentido desmenuzar canción por canción, el resultado final tras escuchar los trece tracks es verdaderamente satisfactorio tanto por mantenerse la pluma “solariana” en impecable estado como por lo compacto que suena su grupo “Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado” una banda ensamblada que forma parte de un proyecto y no son simples músicos invitados.
Hablando de invitados hay uno que merece un párrafo aparte. Andres Calamaro colabora en voces junto al indio en “Veneno Paciente”, uno de los puntos altos y de mayor introspección del disco.
El Indio Solari ha sabido, así como indudablemente lo hizo en su emblemática banda, darle un sonido característico a su experiencia solista. Casi todas las intros son similares y te hacen ubicarte de inmediato dentro de sus historias cautivantes que lo tienen como narrador. Es de los pocos artistas que a lo largo de los años supo mantener una coherencia, toma la música como un trabajo y no lo mezcla con su vida personal.
F.V.
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