¿Pero cómo? ¿Breaking Bad no había terminado a mediados del año pasado? ¿No lo habían premiado ya en los Emmys del 2013 como la mejor serie? Sí, pero los Emmys abarcan el plazo de julio del año anterior hasta junio de este año. Por lo tanto, la segunda mitad de la última temporada de Breaking Bad entraba en ese rango. Y teniendo en cuenta el nivel superlativo, con capítulos atrapantes, espectaculares uno tras otro, y con un final digno de la excelente calidad de la serie, merecía ganarse todo.
Ganó el premio a la Mejor Serie, a Mejor Actor (Bryan Cranston), Mejor Actor de Reparto (Aaron Paul), Mejor Actriz de Reparto (Anna Gunn) y Mejor Escritor de Episodio (Moira Walley-Beckett), dejando en claro que si no es la mejor serie de la historia pega en el palo. Y miren que el gran producto de Vince Gilligan tuvo que hacer frente a series extraordinarias, tal es el caso de Game of Thrones (encima en su mejor temporada), True Detective (una tremenda revelación de HBO con brillantes actuaciones y gran trama), House of Cards (el titán de Netflix que mira y recomienda Obama), Mad Men (otro bastión de HBO que terminó este año) y Downtown Abbey (una serie británica de excelencia).
En las otras categorías de series Modern Family poco a poco empieza a transformarse en una costumbre en la terna a mejor serie de comedia. Tal vez un poco injusto si ponemos en la balanza lo que fue esta excelente segunda temporada de Orange is the New Black. Y en miniseries Fargo como era de esperarse cantó victoria merecidamente.
Pero lo que hay que remarcar es que estamos en una etapa de Oro en materia series. Tal es así que se superan año tras año en calidad y las producciones que siguen saliendo son cada vez mejores. De hecho tienen un nivel muy superior a las películas de hoy en día. Por eso muchos actores que frecuentan la pantalla grande se están animando a sumar su talento a la pantalla chica, tal es el caso de Kevin Spacey, Matthew McConaughey y Woody Harrelson. Bienvenido sea.
Y Breaking Bad se hizo tan inmenso, creciendo tanto en su trama, calidad, actuaciones y manteniendo un nivel alto constante en sus diferentes temporadas, que marcó un antes y un después en esta era. Ya nadie debería perdérsela de verla.
Felicitaciones a toda la gente que trabajó en este fabuloso producto con Vince Gilligan a la cabeza. Y en especial a nuestro queridísimo Bryan Cranston, quién se cansó de ganar Emmys (nada menos que 5 son en total) interpretando a nuestro anti-héroe favorito Walter White.
Persy