Leon Gieco – IV LP (1978)

 

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Puntaje del Disco: 9

  1. Solo Le Pido a Dios: 10
  2. El Que Queda Solo: 8,5
  3. Dice El Inmigrante: 8
  4. Ya Soy Croto: 7,5
  5. Cachito, Campeón de Corrientes: 9,5
  6. Un Poco de Comprensión: 7,5
  7. Continentes en Silencio: 8
  8. La Historia Esta: 8
  9. Canción de Amor Para Francisca: 8,5
  10. Tema de Los Mosquitos: 9

Como indica su título, este es el cuarto LP grabado por León Gieco, en el año 1978, en plena dictadura militar. No quedan dudas de que León mezcla perfectamente el rock y el folklore en su música y este disco es uno de los ejemplos más claros. Entre los artistas que colaboraron en la creación de este álbum, tenemos casi a la totalidad de PorSuiGieco (solo faltó Raul Porchetto), al baterista Oscar Moro y al bajista Alfredo Toth, futuro miembro de G.I.T.

Para empezar tenemos tal vez la canción más famosa que haya grabado en su carrera, “Solo Le Pido a Dios”, clásico entre los clásicos del rock nacional, con un sonido bastante folclórico y una letra muy reconocible, escuchamos a León tocando la guitarra acompañado de su armónica y de un bandoneón que le da un toque muy especial.
El otro clásico del álbum es “Cachito, Campeón de Corrientes” que cuenta la historia de un boxeador correntino que va a pelear a Estados Unidos, y que al volver no aparece por su barrio gracias a la plata que recaudó.

Sobre el final del disco tenemos tres temas interpretados en vivo, siendo el mejor en mi opinión, “El Tema de Los Mosquitos”, con una letra bastante particular, al tener como protagonistas a diversos animales que se relacionan como si de personas se tratasen.

En resumen, es un disco bastante bueno, como dije al comienzo, León Gieco representa la mejor mezcla entre folklore y rock en nuestro país y gracias a sus excelentes letras pudo dejar muchos mensajes a lo largo de su extensa trayectoria, si se quiere lo podemos denominar como el Bob Dylan argentino gracias a todo lo anterior. Recomendable para cualquiera, cuenta con letras entretenidas de escuchar, tal vez con una instrumentación bastante simple, pero que acompaña bien, y que sin más, conforma el arte de este gran artista.

Tommy

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Black Sabbath – Never Say Die! (1978)

Black Sabbath - Never Say Die! (1978)

Puntaje del Disco: 3

  1. Never Say Die: 5
  2. Johnny Blade: 3
  3. Junior’s Eyes: 5,5
  4. Hard Road: 3,5
  5. Shock Wave: 3
  6. Air Dance: 4
  7. Over to You: 4
  8. Breakout: 3
  9. Swinging the Chain: 3

Este disco no debería llamarse “Nunca digas muere”, sino que debería llamarse “Más muerto que nunca”. El octavo trabajo discográfico de Sabbath, Never Say Die, da la sensación de estar escuchando una banda completamente acabada. Que necesitaba un cambio o separarse urgente, porque realmente es patético lo que hacen en este álbum.

Y hay varios puntos a tener en cuenta respecto al paupérrimo nivel de este disco. En primer lugar, Ozzy Osbourne jugaba el papel de “diva” y se fue de Black Sabbath, para luego volver poniendo como condición no grabar los temas que se compusieron sin él.

Lo segundo que hay que señalar es que durante todo el álbum la banda es realmente muy decepcionante. Su labor es mucho más floja que en Technical Ecstasy. Especialmente Tony Iommy que apesta por completo tanto en sus riffs como en sus solos de guitarra. Y con eso lograron un nivel compositivo trágico, con malas melodías, siendo muy genéricos, aburridos y sin siquiera parecer Black Sabbath. Parecen una banda mediocre de hard rock.

Lo único que se puede destacar en Never Say Die es su intensión de diversificar. Sí, los temas varían entre sí. El problema es que las canciones son tan malas que termina siendo una colección de basura de todo tipo.

Para empezar tenemos al tema que le da título al álbum, con un riff bastante vulgar de  hard rock que no nos deja nada. Luego aparecen los sintetizadores de “Johnny Blade” que me dan nauseas… ¿Hay peor forma de empezar un tema? El riff heavy metalero también deja que desear. “Junior’s Eyes” solo se destaca por tener un riff y un ritmo diferente. Tanto es así que no parece Sabbath. De todas formas es tan genérico como el resto del disco.

Hasta acá teníamos lo “mejor” (?), si así se le puede decir. “Hard Road” aparece dejando una sensación de falta de inspiración tan absoluta como alarmante. Y luego tenemos uno de los peores cortes para mi gusto: “Shock Wave”, en el que claramente quisieron imitar el sonido de Zeppelin en algún punto y les salió horrible. Si hay un tema en el que a Iommy te dan ganas de decapitarlo es en este. Es un homenaje al mal gusto. Después está “Air Dance” un intento de hacer algo más progresivo con diversas secciones, pero que falla sin vueltas. La sigue la instrumental “Breakout”, que tiene un riff realmente malo. Y para cerrar otra de las más horrendas: “Swinging the Chain”. Los invito a que lo escuchen una vez y a que me digan si no es otro grupo totalmente diferente a Black Sabbath. La vocalización de Bill Ward (¿Para qué cantas? Dedicate a la batería que es lo tuyo) y la producción son tétricas y como siempre tenemos a un Iommy que se esfuerza por hacerlo aún más inaudible.

Never Say Die marcaría el punto final de la formación original de Black Sabbath. Ozzy sería expulsado y el grupo arrancaría otra etapa con nuevos vocalistas. Pero ya nunca volverían a lograr el nivel superlativo que tuvieron en sus primeros años.

Persy

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