Puntaje del Disco: 6
- Right Now: 8
- Break Some Off: 6
- Counting On Me: 6
- Here It Comes Again: 7
- Deep Inside: 5
- Did My Time: 8
- Everything I’ve Known: 7
- Play Me: 8
- Alive: 8
- Let’s Do This Now: 5
- I’m Done: 4
- Y’All Want A Single: 8
- When Will This End: 4
«Es el peor disco que hemos hecho», dijo sin vueltas Brian «Head» Welch, guitarrista de KoRn, unos años después de la salida de Take a Look in the Mirror, su sexto álbum de estudio. Una opinión debatible, pero se entiende si tenemos en cuenta que Head se fue de la banda después de la publicación de este trabajo y no participó en los aún peores See You on the Otherside o Untitled.
En cualquier caso, las prisas, falta de inspiración y el hastío interno del grupo se notan y mucho en este disco «de manual», compuesto y grabado a las apuradas durante la gira del Ozzfest. El álbum anterior, Untouchables, había demorado dos años y costado 4 millones de dólares, sin lograr las ventas esperadas y dejando a la banda endeudada. Así, Take a Look in the Mirror suena a un trabajo hecho por obligación para pagar las cuentas.
El disco nos presenta riffs de lo menos inspirados (nótese la similitud entre el puente de «Did my time» y la intro de «Everything that I’ve known», que para colmo están secuenciados uno después del otro), letras que siguen los moldes típicos de Jonathan Davis («todo está mal, todos me odian, estoy deprimido y furioso») y una interpretación vocal desganada. Si en los primeros discos de Korn Davis hacía creíbles sus letras, era porque sus guturales gruñidos e inquietantes susurros no dejaban margen para la duda. Acá, es simplemente un hombre de 32 años, multimillonario, con esposa e hijos, intentando hacer creer que sigue sufriendo porque le hacían bullying en la secundaria.
Flaco favor le hace al disco estar producido por el propio Davis, quien se limita a seguir la fórmula KoRn a pie juntillas, comprimiendo los instrumentos de su otrora furiosa banda en un Pro-Tools estéril. Todo suena forzado, intentando recuperar elementos de un pasado glorioso ya extinto. ¿A Untouchables le faltaron las tradicionales gaitas de discos anteriores? Listo, ponemos una breve intro de gaitas en «Let’s do this now». ¿En «Life is peachy» y «Follow The Leader» tuvimos colaboraciones con raperos? Listo, ponemos a Nas a rapear encima de una base en la más pura vena Korn. ¿Nos piden que volvamos al sonido del primer disco? Listo, reciclamos «Alive», una canción de 1993 que no llegó a incluirse en el álbum debut. ¿La moda es renegar de las discográficas y la industria musical en general? Listo, hacemos un single pegadizo con un video en el que destrozamos una disquería. Y así podríamos seguir… Cada movimiento en Take a Look in the Mirror trasluce una demagogia berreta y una falta de ideas inquietante.
Apenas sobreviven un puñado de canciones decentes («Right Now», «Did my time», «Alive», «Let’s do this now») aunque ninguna memorable. Lo más interesante del disco, sin dudas, es su cuidado booklet, repleto de memorabilia y fotos de los comienzos del grupo. Imposible dejar de interpretarlo como una señal. Apenas una década después de su revolucionaria irrupción en la escena, Korn veía su estrella de gloria apagarse y no podían evitar sentirse nostálgicos. Triste pero cierto.
Camilo Alves