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Arctic Monkeys – Tranquility Base Hotel + Casino (2018)

Puntaje del Disco: 8

  1. Star Treatment: 7,5
  2. One Point Perspective: 6,5
  3. American Sports: 7,5
  4. Tranquility Base Hotel + Casino: 9
  5. Golden Trunks: 8
  6. Four Out of Five: 9
  7. The World´s First Ever Monster Truck Front Flip: 8
  8. Science Fiction: 7,5
  9. She Looks Like Fun: 8
  10. Batphone: 7,5
  11. The Ultracheese: 8

Desde el dos mil en adelante, pocas bandas hay con un sonido de calidad, o interesante; de originalidad ni hablemos. Arctic Monkeys es una de aquéllas. Disco tras disco, con las altas y bajas que podemos encontrar en cualquier carrera, han demostrado ser una banda que no nos deja callados. Algunos les acusan de no haber inventado nada (pero vamos, ¿quién inventa algo el día de hoy?), otros de ser una banda monótona, lo cual es relativamente cierto, con la salvedad de los recursos propios de cada banda (cualquier artista que se digne de llamarse así, desarrolla sus mañas; su estilo, y lo repite o adapta de una u otra forma en sus obras). Pero lo que me parece innegable en este caso, es que es una banda que haga lo que haga, siempre deja buenas canciones de calidad innegable, y disco tras disco experimentan distintas cosas, siempre con un sello de calidad. Vamos a analizar qué nos entregan Turner y compañía en esta ocasión, más concretamente a Tranquility Base Hotel + Casino.

“Star Treatment” es tranquila, una vibra opuesta con lo hecho en AM: el teclado suena bien, tranquilo y delicado; Alex Turner entre que canta y habla, recordándonos a John Lennon de su época solista, definitivamente han cambiado el rock ruidoso de “R U Mine”, por un pop a la Bowie de la época del dos mil en adelante.

“One Point Perspective” tiene un teclado que marca nuevamente toda la canción, en esta ocasión nos encontramos con un pop que se queda un poco corto, los arreglos de guitarra, así como el demás acompañamiento, no alcanzan a rescatar el tema.

“American Sports” empieza con un efecto delirante, que no deja de generar cierto nerviosismo, los arreglos de guitarra generan cierta acidez, y en conjunto funciona bien a secas.

En la homónima “Tranquility base Hotel & Casino”  la guitarra, la batería, el teclado, y la voz, generan una tensión que nos envuelve, poco a poco. Algo digno de mencionar es que tanto la voz como los instrumentos, todos tienen su lugar y espacio, se oye bien tanto cuando están juntos, como cuando cada uno toma su lugar y realza la canción. Incluso Turner se escucha bien con ese afán de aullar con suavidad, éste es un pop futurista de alta manufactura.

En “Golden Trunks” encontramos una guitarra que nos evoca los setentas, un estilo Black Sabbath que nos lleva a un ambiente pop, pero no por ello menos denso. Sin duda alguna, esta canción funciona, y una vez más, todos los instrumentos generan una buena atmósfera.

“Four Out of Five” tiene un bajo que marca finamente la canción. Mientras la guitarra le da una sensibilidad bien lograda, la voz nos lleva a un pop decadente y encantador. Esta canción es lenta, pero excelsa. Es un hundirse en una deliciosa embriaguez; por momentos es un pop agradable, por momentos tenso, sin duda alguna una canción excelentemente lograda con un desenlace hermoso.

“The World´s First Ever Monster Truck Front Flip” es probablemente la más simple del disco, entre el teclado y los efectos de guitarra nos llevan a una ambientación muy inglesa de la década de los setenta, digna de musicalizar alguna escena de una película de Kubrick.

En “Science Fiction” nos encontramos ante una canción simple pero elegante, llena de efectos y distorsiones que nos guían a la estética de las películas de los setenta; es casi genérica, y funciona bien como relleno dentro del contexto del álbum.

“She looks like fun” es el tema más “rockero” dentro del álbum, hecha a la usanza de un inglés y elegante proto punk que encamina al pop. Ciertamente es la más “cruda” dentro de la obra, y se agradece el ruido. En ciertos momentos se escucha como si Damon Albarn imitara el sonido de los setenta pero sin perder la esencia de Arctic Monkeys (sobre todo en la guitarra).

“Batphone” es un momento que pareciera de calma e improvisación por parte de los músicos. Al igual que en el resto de la obra, se mezclan momentos de calma con momentos psicodélicos y de crudeza, no destaca, pero no suena mal en ningún momento.

Y finalmente con “The Ultracheese” llega el momento de cerrar el álbum. Suena a una mezcla de los inicios de Bowie, con los Beatles del final. Es un pop sencillo, calmo y elegante que requería el disco, donde lo que más suena es el piano. Una digna despedida de un buen disco con el defecto de ser algo genérica.

En este álbum, el señor Turner (ya tiene treinta y dos años) y compañía, se dieron el lujo de experimentar con los sonidos del pop de los setentas, efectos psicodélicos, una instrumentación atascada, y jugar mucho con tensionar el sonido. Si bien es distinto de sus anteriores discos, es un buen experimento de madurez; no es un disco perfecto, pero se destaca el valor de jugar con sonidos antiguos imprimiéndole el sello distintivo de la casa; en este caso se les puede acusar de no ser tan digeribles como en sus anteriores obras, lo cual tampoco es necesariamente malo.  Los Arctic Monkeys siguen cimentándose como una banda a la que escuchar, disco tras disco.

El Gato Gordo

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