Creeper – Sex, Death & the Infinite Void (2020)

Puntaje del Disco: 8

  1. Hallelujah!:
  2. Be My End: 8
  3. Born Cold: 6
  4. Cyanide: 9,5
  5. Celestial Violence:
  6. Annabelle: 7
  7. Paradise: 7,5
  8. Poisoned Heart: 9
  9. Thorns of Love: 8,5
  10. Four Years Ago: 8,5
  11. Holy War:
  12. Napalm Girls: 8
  13. The Crown of Life:
  14. Black Moon: 7,5
  15. All My Friends: 7,5

Una de las grandes revelaciones del 2020 fue Sex, Death & the Infinite Void de Creeper considerando los muy buenos comentarios que recibió de parte de la crítica. Sin embargo, es un disco en el cual se aborda el Punk Pop, un género del cual no tengo mucha afinidad. Pero aún así tiene cosas que lo hacen interesante.

Dicho de otro modo, lo peor del álbum es el Punk Pop. Cuando más lo aborda Creeper más genéricos suenan. Aún así el grupo se las ingenia para diversificar en los ritmos que ofrecen, tomando influencia de Bowie, The Cure, Arcade Fire e incluso Joy Division que le quedan muy bien. Cuando más se nota es cuando Will Gould desata su voz grave como vocalista, imprimiendo un estilo que es original. Por otra parte, Creeper parece repetir una misma formula a lo largo de todo el álbum, en los cuales tratan de transmitir un estribillo de una energía intensa, logrando por momentos muy buenos resultados y en otros pasajes haciendo acordar a The Killers, pero no en un buen sentido (como sucede en “Born Cold”).

De todas formas, la formula de Creeper en general funciona y la que mejor la representa es “Cyanide”, que tiene el estribillo más intenso y el ritmo más original que tranquilamente lo transforman en un hit del 2020. Muy bien logrado, de lo mejor del catálogo de Creeper en su corta carrera. “Poisoned Heart” es el segundo mejor tema del álbum, con un ritmo más lento y acústico, en donde destaca la voz grave de Gould. Y un escalón más abajo están “Thorns of Love” (destaca por empezar como si fuese un tema más sesentoso) y “Four Years Ago” (con sus arreglos más orquestales y la incorporación de la vocalización de Hannah Greenwood que le queda muy bien). Y por último se podría señalar a “Be My End” que es el número de Punk Pop más entretenido y menos dañino del álbum.

El resto del disco está marcado por la irregularidad de sus composiciones. Algunas canciones son prometedoras, pero nunca terminan de explotar, mientras que otras son más genéricas. Aún así ningún tema de Sex, Death & the Infinite Void es malo, por eso no deja de ser un muy buen disco del 2020.

Persy

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Esperanza viva

Suele decirse que la esperanza es lo último que muere. Yo discrepo. Siempre he creído que lo último que muere es la confianza, pues es esta característica lo que nos hace seguir esperando algo; la esperanza, por consiguiente, sólo es el efecto de la confianza. Lo que mantiene la esperanza viva es la confianza en el elemento atribuido. Por ejemplo: esperar un gesto amable de alguna persona es un error; en cambio, confiar en que esa persona pueda ser amable es una cualidad por demás acertada.

A lo largo del último lustro, he tenido repetidamente (y gradualmente) la sensación de que todo está perdido en cuanto música se refiere. Como un anciano tradicional y anticuado tiendo a pensar que lo de mis tiempos era mejor que lo de estos tiempos extraños y carentes de ideología. Igual que mi abuelo pensaba que mi música no tenía alma ni corazón, ahora yo pienso que a la música moderna le falta profundidad y escencia. En fin, como un intento por dejar de ser un viejillo gruñón y refunfuñón, quise rescatar (destacar) algunas bandas por las cuales vale la pena seguir confiando en la música de estos tiempos actuales.

  1. In This Moment – Desde Blood, luego con Black Widow, pasando por Ritual y ahora con su nuevo álbum Mother, esta gran banda liderada por la potente y emotiva voz de Maria Brink nos muestra que la música aún tiene mucho que ofrecer sin que los instrumentos suenen a mil por hora presumiendo su habilidad individual sin que el conjunto tenga importancia. Esta banda, con lo justo, provoca más agresividad y más emoción y más poder que resulta innecesario el uso de técnicas insufribles en sus composiciones. Simple y perfecto.
  2. At The Gates – Primero At War With Reality, después To Drink From The Night Itself y ahora su nueva producción The Nightmare Of Being. Esta banda clásica, padres del Death melódico, ha resucitado para dar cátedra a las nuevas generaciones de cómo debe sonar la música, bien hecha y con originalidad.
  3. LindemannSkills In Pills, F&M y el broche dorado para el cierre Live In Moscow. Representan todo lo que significa el metal, desde lo más básico hasta lo más brutal, sin tanta parafernalia inútil. Simplemente son, fueron, han sido, siguen y seguirán siendo un par de talentos magníficos fuera de este mundo. Sinceros en sus principios y con toda la maldad explícita, sin tapujos, sin globalizaciones posmodernistas, simplemente la maldad como debe ser: asumida y puesta en escena.
  4. Gojira – Si la música tiene que ser habilidosa, con mucha técnica y velocidad, con músicos súper rápidos y poseedores de una destreza instrumental excepcional, entonces ésta es la banda que lleva la corona del metal moderno. Punto final.

Kobda Rocha

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Nas – I Am… (1999)

Puntaje del Disco: 7,5

  1. Album Intro: 7
  2. N.Y. State of Mind Pt. II: 8
  3. Hate Me Now: 7,5
  4. Small World: 7
  5. Favor for a Favor: 8
  6. We Will Survive: 7
  7. Ghetto Prisoners: 7
  8. You Won’t See Me Tonight: 8
  9. I Want to Talk to You: 6
  10. Dr. Knockboot: 7,5
  11. Life Is What You Make It: 7,5
  12. Big Things: 8
  13. Nas Is Like: 8,5
  14. K-I-SS-I-N-G: 6,5
  15. Money Is My Bitch: 7,5
  16. Undying Love: 8

Tras un gran nivel y repercusión de sus dos primeros materiales: Illmatic (1994) y It Was Written (1996), resulta esperable que en sus siguientes lanzamientos el rapero de Brooklyn Nas pierda algo de la inspiración y hasta la sorpresa para los oyentes sea menor, algo que evidentemente ocurrió con I Am…, editado en Abril de 1999.

Originalmente diseñado bajo la idea de álbum doble, que vendría a sintetizar y comulgar todas las temáticas y estilos de sus antecesores, esta idea se truncó al filtrarse en internet gran parte del listado de canciones, Nas tuvo que descartar varias de estas y centrarse en producir dos discos individuales que terminaron editándose en el mismo año, algunas de las canciones que se habían filtradas fueron luego lanzadas en algunas de sus compilaciones oficiales como Lost Tapes (2002).

Contrario a lo que su título sugiere I Am… no habla de experiencias personales del artista, sino que sus líricas tocan temas que van desde el estado que atravesaba el hip hop, el nuevo milenio, la política, el crimen y la religión desde su perspectiva. Desde lo musical, es poco ambicioso desde sus propios elevados estándares. Así y todo, mantiene samples adictivos con una impecable producción en temazos como “N.Y. State of Mind Pt. II”, “Nas Is Like” y se favorece con las participaciones de Puff Daddy, Scarface, Aaliyah y DMX.

En conclusión, I Am… no es para nada desastroso pero la falta de contenido, profundidad y de imaginación está a la vista en buena parte del material, resultando el peor disco de este referente del género de los noventa hasta ese entonces.

F.V.

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