Puntaje del Disco: 8
- The Great Deceiver: 8,5
- Lament: 7
- We’ll Let You Know: 9
- The Night Watch: 9,5
- Trio: 7
- The Mincer: 6
- Starless and Bible Black: 5,5
- Fracture: 6
Si un año antes King Crimson había sorprendido en Larks’ Tongues in Aspik con un nuevo e innovador estilo entre el avant-garde mas exagerado y la ocurrente idea de la metal-jam, en Starless And Bible Black decidirían atreverse con la misma idea pero elevada a su enésima potencia, dejando un disco irregular, con varias muestras de que se trata de un grupo de genios pero también con muchas estructuras algo exageradas, poco sugerentes y una muestra de que, tal vez, el experimentalismo se les había ido de las manos.
El disco abre con The Great Deceiver, una pieza genial, una auténtica locura con muchos pasajes diferentes de tintes bien dispares, melodías beatlelescas, trallazos guitarreros que parecen sacados de algún disco de trash-metal y momentos instrumentales más crimsonianos; divertidísima. A esta le sigue Lament, una disfrutable canción que empieza como una poco atractiva balada pero que después con un par de cambios de ritmo va cogiendo fuerza y acaba convirtiéndose en un loco tema proto-metalero bastante original. Y con esto vienen las, probablemente, mejores dos canciones del disco, We’ll Let You Know y The Night Watch, que poco o nada tienen en común, la primera de ellas es una jam con el bajo de Wetton como protagonista presentadose realmente arrollador y la segunda una bella balada inspirada en el cuadro “La Ronda Nocturna”, de Rembrandt, sin duda la mejor canción del álbum y una de las mejores de la banda, gracias a un acompañamiento de violín y de guitarra muy bien logrado y una melodía muy interesante. Trio, por su parte, es una bonita canción instrumental con el violín de Cross como voz principal, bastante inspirada.
Desgraciadamente a partir de aquí el disco decae totalmente, y es que es en estos últimos tres temas donde se percibe más lo anteriormente explicado acerca de la poca estructuración de algunas canciones y la falta de una melodía clara, o directamente falta de melodía alguna, tres temas que pecan de largos y que son salvados tan solo por algún momento de cohesión entre los miembros de la banda en el que regalan algún buen riff o conversación entre algunos instrumentos, pero lejos de conseguir hacer de estos temas canciones recomendables dentro de la mastodóntica discografía de Rey Carmesí.
Curiosidad: En “Trio” tan solo intervinieron Fripp, Wetton y Cross, pero curiosamente en los créditos de esta atractiva pieza clásica aparece igualmente Bill Bruford, sobre esto, Fripp explicó, textualmente, que “Solo intervinieron tres músicos, pero el cuarto contribuyó con su silencio”. Frase que si hubiese salido de la boca de cualquier otro músico habría sonado a chorrada monumental, pero como lo dijo Fripp yo, al menos, me callo y me lo creo y hasta consigo disfrutar de ese silencio.
Mauricio G.
Este disco de KC se me hace algo dificil de escuchar, pero se nota la genialidad de estos tipos, no ha habido otra agrupacion igual.
Pero el disco que sigue es una obra maestra !Red!
Sin duda es un álbum difícil, especialmente esas jams finales, dicen que es música para músicos, mas intentando impresionar con el alto nivel técnico de los instrumentistas que intentando lograr crear una canción interesante a nivel musical.
Pienso como tu Gera, Red es una absoluta maravilla (mi álbum favorito de hecho) tengo ya muchas ganas de que pase un tiempo (para no saturar de KC la web) y poder mandar mi reseña.
Genial, entonces esperaré con ansias ver tu revisión de Red, será interesante ver tus opiniones del disco.
Saludos Mauricio.