La Ciudad de Buenos Aires ardía. Con una sensación térmica que superaba los 30º C, los subtes interrumpidos, las calles sin luz y avenidas colapsadas de autos que intentaban hacerse un lugar para escapar del caos, el panorama no parecía el más optimista. Sin embargo, entre tanto descontrol y descontento, aún quedaba una llamarada de fuego a punto de arder en el Estadio Monumental de River Plate. KISS se presentaba en una nueva oportunidad para hacer vibrar a los más de cuarenta mil fanáticos que debieron sortear las inclemencias urbanas para estar junto sus ídolos.
Luego de la magnífica presentación de Rata Blanca que dejó en claro su vigencia y demostró ser digno teloneros de KISS, y aproximándose a las diez de la noche, la impaciencia del público se transformó inmediatamente en un aluvión de aplausos y gritos. “You’ve Got The Best” se escuchó desde el escenario y pronto las letras gigantes brillantes con el nombre de la banda y los acordes de “Detroid Rock City” dieron comienzo al esperado recital de los norteamericanos. Con una energía propia de quienes aman lo que hacen Paul Stanley, Gene Simmons, Tommy Thayer y Erin Singer salieron a escena y causaron el delirio de las tres generaciones de espectadores que rendían tributo a la actual formación que lleva más de diez años rodando por el mundo. Luego del clásico “Shout It Out Loud”, Stanley comenzó las humoradas con el público que no dejaba de vitorear al grupo ante cada pequeño silencio.
Continuaron “Hell or Hellelujah” y “Wall of Sound”, dos de los temas del recientemente salido disco Monster. “Hotter Than Hell” abrió el repertorio de clásicos y siguió “All Fort he Love of Rock and Roll” a cargo del baterista Singer. Tommy Thayer, quien celebraba su cumpleaños y recibió el festejo del público, se destacó con un potente solo de guitarra. La pirotecnia y el fuego fueron los principales acompañantes de cada presentación de los músicos, la de Simmons una de las más esperadas. El lanzallamas y la boca sangrando fueron dos infaltables en su repertorio, culminando con Gene tocando “God of Thunder” desde las alturas del escenario como un verdadero Dios.
“Black Diamond” fue la encargada de cerrar la primera parte de un espectáculo visualmente impresionante, especialmente gracias a la pantalla gigante en alta definición. Al regreso de los artistas después de un breve receso, Paul Stanley se encargó que el final fuese a toda orquesta. “Lick It Up” reactivó al público que pasó a bailar al ritmo de la inmortal “I Was Made For Lovin’ You”y como no podía ser de otra manera, “Rock N’ Roll All Night” cerró este formidable show, que tuvo como bonus track un largo despliegue de fuegos artificiales que alumbraron el despejado cielo porteño.
Porque lo último que envejece es el corazón, KISS demostró que a pesar de los años, todavía tiene mucho por dar pero sobre todo dejó en claro que el Rock N’ Roll no entiende de edades.
Piro