Blondie – Eat to the Beat (1979)

Blondie - Eat to the Beat (1979)

Puntaje del Disco: 8,5

  1. Dreaming: 9
  2. The Hardest Part: 8
  3. Union City Blues: 8,5
  4. Shayla: 9
  5. Eat to the Beat: 8
  6. Accidents Never Happen: 8
  7. Die Young Stay Pretty: 8
  8. Slow Motion: 8
  9. Atomic: 9
  10. Sound-A-Sleep: 7,5
  11. Victor: 4
  12. Living in the Real World: 6,5

Dar continuación a un trabajo impresionante como lo fue Parallel Lines, no es tarea fácil para Blondie, pero si se llegó a pensar en aquellos años que ellos habían quemado todos sus cartuchos con su obra magistral, los Neoyorkinos demostraron que les quedaba suficiente creatividad para una última gran obra, Eat to the Beat, la cual sigue contando con importantes highlights de la trayectoria de la agrupación.

En aquellas sesiones, las constantes discusiones entre los miembros de la banda, el abuso de sustancias y la vida desenfrenada que llevaban amenazaba con mermar la unidad de todos sus integrantes. Por suerte aquellas diferencias personales no se ven reflejadas en el disco, que mantiene ese New Wave enérgico, irreverente y dinámico que es la marca registrada de la banda. Y queda claro desde el principio con el impresionante “Dreaming” que demuestra una frescura juvenil (y un excelente trabajo de batería, Clem Burke merece mas reconocimiento en el mundo de la música).

En este disco también figura un tema que junto a canciones como “One Way or Another” y “Heart of Glass, se convierte en un clásico imprescindible de la banda, me refiero a la atrapante “Atomic”; uno es de los estandartes del New Wave de finales de los setentas, con un bajeo pegajoso, un ritmo disco y una Debbie desatada por completo en uno de sus mejores momentos como vocalista.Los dos temas mencionados son lo más importante del disco, pero yo también daría merito a “Shayla” que es una tierna balada pop que pudiera haber sido un sencillo, así mismo como “Union City Blues” que es una de la favorita de los fans. Los demás temas son buenos mas no destacados, encontrándonos con influencias variadas (como siempre fue en la banda) tales como Punk (“Eat to the Beat”) y Reggae (“Die Young Stay Pretty”).

Lo único malo es el final, con los últimos tres temas siendo de una calidad muy inferior al resto del disco, particularmente a horrida “Victor”, pero si no les damos mucha importancia, podemos considerar que el disco cumple con las expectativas. Como toda banda, aquí se cerró el ciclo productivo de la banda de Debbie Harry y Chris Stein tras lo cual fueron apagándose al entrar los ochentas, pero bueno ¡Cuantas bandas no decayeron en esa época! Lo que si es que lejos de ser una banda sosa y comercial como muchos críticos les consideran, en su mejor momento demostraron pinceladas de calidad musical.

Gera Ramos

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