Puntaje del Disco: 7,5
- Trouble’s Coming: 8,5
- Oblivion: 7
- Typhoons: 8,5
- Who Needs Friends: 7,5
- Million and One: 7
- Limbo: 6,5
- Either You Want It: 6,5
- Boilermaker: 8,5
- Mad Visions: 7
- Hold On: 7,5
- All We Have Is Now: 8
Desde que se dieron a conocer en sus inicios, pasando por su segundo trabajo, How Did We Get So Dark? (2017), siempre resulto admirable la energía y empuje que el dúo conformado por Mike Kerr y Ben Thatcher ha tenido, sin embargo, el año pasado con su tercer material y el más ambicioso de su carrera, Typhoons, se vislumbran nuevos horizontes para la banda del sur de Gran Bretaña.
A diferencia de sus anteriores lanzamientos Royal Blood trabajó en la producción con el reconocido Josh Homme (Queens of the Stone Age) y con Paul Epworth, quien cuenta en su curriculum haber trabajado con Adele, así como con Paul McCartney, Bloc Party, Foster The People, entre otros. Como resultado la música electrónica gana terreno dejando de lado el hard rock violento y sus cambios de ritmo característicos.
A diferencia de sus antecesores Typhoons podría sonar en la mitad de una fiesta y sería agradable para todos, y también hay que reconocer que en cierto punto es una obra que sabe dar muestra de una evolución de una Royal Blood a la que se le estaba terminando la fórmula en 2017, el problema aquí resulta en que no cuenta con composiciones tan fuertes como en sus primeros discos y tampoco es tan consistente a nivel general. Resultan imperdibles temas como «Boilermaker», manteniendo la esencia construida con sus dos primeros discos, la bailable “Typhoons” con sus influencias de Queens Of The Stone Age, los beats fluidos del primer sencillo “Trouble’s Coming” y el cierre con cosas de Radiohead en “All We Have Is Now”.
Sin perder su estilo y fuerza característica Royal Blood se vuelca en este trabajo a las pistas de baile mezclando los explosivos riffs del bajo de Kerr y la demora batería de Thatcher con los sintetizadores y los Coros digitalizados tomando una opción funcional y lógica en lugar de un cambio rotundo, aunque seguramente una buena parte de sus fanáticos de la primera hora igual los crucifiquen por vendidos.
F.V.