Soy grande por viejo, no por sabio.
Obeso, grotesco, grosero y gruñón,
cuanto digo se torna en agravio:
guturo en garganta gargajo gorgón.
En mi barrio me llaman “El Ogro”
por grueso, por gurdo, por gordo y gañón.
Las fiestas idiotas las malogro;
me agradan los gritos de agudo terror.
Soy una persona peligrosa,
agreste garguero de grave garzón,
de alma negra y garrapatosa,
tengo agrio y podrido mi gris corazón.
Y mis garras agarran parejo
gobiernos, iglesias y grupos de acción.
¡Y hago guerra! No sólo me quejo.
Detesto a la gente por no hacer lo que yo;
por cobardes, por tilicos, por enclenques y agachones,
por alegres, por risueños, satisfechos y bufones.
Pero, ¡calma!, los perdono porque entiendo situaciones.
Los invito en este verso a volverse más gruñones.
Kobda Ggrrocha