Puntaje de la Película:
- Año: 2013
- Género: Aventura, Fantasia
- Director: Peter Jackson
- Reparto: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Orlando Bloom, Evangeline Lilly
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Puntaje del Disco: 0 (obvio)
Bueno… Sé lo que piensan y pueden decirlo: nos fuimos al carajo. Este oficio nos lleva a hacer reseñas a las cuales no estábamos preparados. O tal vez sí, pero nunca queríamos llegar a este momento. En fin, llegó la hora de repasar a la personificación del mal, el sujeto más repudiado en toda la historia en el mundo de la música según nuestras encuestas en “Liga de la Muerte”, nuestro Némesis, representante incuestionable de lo más insoportable nacido en estos últimos años: la señorita Justin Bieber.
La historia de Justiniano se remite a cuando se haría famoso en Internet. Luego grabaría su primer álbum My World en el 2009, de una duración de 25 minutos, por lo cuál se podría considerar un EP. Pero que aún así le alcanzaría para masificar su imagen en muy poco tiempo.
Un año más tarde, llegaría su disco más “exitoso” (solo en lo comercial): My World 2.0 (sí, se mató con el nombre). 2.0 es su primer verdadero larga duración, de alrededor de 37 minutos (los más largos e inaguantables de nuestras vidas), en el que contaría con un pelotón de pésimos escritores (hay algunas en las que escriben hasta 5 o 6 personas por canción, por díos!!) que lo ayudarían a escribir sus inmaduras letras de amor adolescente. También participarían unos cuantos productores de por medio para hacer más horrible su música y además varios artistas invitados, principalmente cantantes raperos, que colaborarían en hacer un engendro de Teen Pop, mezclado con Dance Pop y Rap de un nivel bajísimo.
Pero lo peor no es solo eso. Bieber tiene el don de convertir lo mediocre en muy malo y lo malo en un desastre, especialmente con su voz de nena de entonación inaudible. Por ejemplo en “Overboard”, que canta con Miley Cyrus, parecen dos chicas cantando. Aunque de hecho Cyrus llega a demostrar que es mejor cantante que él para diferenciarse.
Luego aparecen esos hits sumamente inflados y mediatizados a presión por las radios como el infame “Bebe”, que debe ser de lo más conocido de este personaje, con ese estribillo que ya es un himno a lo peor jamás concebido. Y entre 5 personas se tuvieron que matar para escribir: “Baby, baby, baby, ohh”… sin palabras. Además en él rapea Ludacris que se encarga de meter incluso un innecesario chivo de “Starbucks”. Un dato no menor es que el video de “Baby” en Youtube cuenta con casi 1000 millones de reproducciones, y la mayoría lo calificó con votos negativos. Es que realmente cuando vemos el video (todos sus videos pero especialmente este), te dan ganas de golpearlo.
Otra colaboración es la de Sean Kingston, que nos da un minuto de respiro cantando en “Eenie Meenie”, hasta que aparece nuevamente Justin para hacer más bajo al tema.
La mejor canción, si así se la puede llamar, es otro de sus hits: “Somebody to Love” (este pibe tiene una tendencia a tomar prestados nombres de otras canciones de bandas). Un tema electro dance que podría sonar tranquilamente en una fiesta bastante careta.
El resto es una porquería. Tenemos baladitas pésimas como “U Simle”, la infladísima power ballad “That Should Be Me” y algunas aberraciones inexplicables de dance pop electrónico como “Runaway Love”.
Creo que ya es demasiado. Justin Bieber es el resultado de tener toda una corporación que crea estas abominaciones con el único fin de vender, vender y vender, sin importar la calidad artística ni como atrofian el gusto musical de los más jóvenes.
Persy/Luquitas Bonjo
Tal como se perfilaba en los inicios de esta competencia, este monstruito nacido por sus videos en internet era uno de los principales candidatos a quedarse con la Liga de la Muerte. Y así fue, fue demasiado para todos sus adversarios. A cada uno de los rivales que tuvo enfrente los venció por un amplio margen de votos negativos. Así Justin Bieber superando a grupos y artistas de diferentes géneros y épocas se consagra en la edición de la Liga de la Muerte de este año como el peor y más repudiado de todos.
Hagamos un recorrido del “campeón” de la Liga con los premios del torneo:
Enfrentamiento más parejo: Selena Gomez vs Miley Cyrus. La novia de Justin ganó con un 52% de los votos contra la ex Hannah Montana
Artista femenino más repudiado: Selena Gomez. La artista teen femenina fue la que más lejos llegó en la competencia hasta que la pulverizó su novio.
Banda más repudiada de la competencia: One Direction. Derrotó varios rivales, algunos de la misma jerarquía como Jonas Brothers y así logró llegar a la final de la Liga de la Muerte.
Género menos valorados: Teen Pop. Claramente los artistas y bandas fieles representantes de este género son los que más votos negativos recibieron en cada cruce de la competencia. Y es por eso que llegaron a instancias finales.
Top Ten de los Peores según posiciones y cantidad de votos:
Puntaje del Disco: 7
Para finales de la década del noventa la figura de Ivan Noble comenzó a superar ampliamente a la de su banda. El suceso de “Avanti Morocha”, participaciones en programas de televisión y en especial su promocionado romance con la actriz Natalia Oreiro ayudaron a esto.
El éxito de su anterior trabajo había dejado a Los Caballeros de la Quema en una situación incomoda con sus seguidores de todos los años, como suele pasar con muchas bandas cuando crecen en popularidad. El mismo Noble sin pelos en la lengua sostenía lo siguiente: “Si esta banda no te emociona más, hay otras. Me enajaron mucho ese tipo de críticas. Escribí una carta y la puse en nuestro sitio de Internet. Y sigo pensando igual, aunque a la distancia entiendo un poco más el enojo, porque es como un enojo adolescente. Y no lo digo peyorativamente. Para mí, la visión del mundo de un pibe de 17 o 18 años es bastante breve, porque su vida es breve. No porque sean idiotas sino porque ven las dos veredas, pero no los puentes, los recovecos, los atajos. Entonces, de un lado están los caretones y los traidores, y del otro la gente con onda.” Y agregó: “Lo más jodido es que te acusen de algo cuando no hiciste muchas promesas”.
La última placa antes de la separación de los Caballeros, Fulanos de Nadie (2000), consolidó su popularidad gracias a temas como “Rómulo Y Remo”, “Fulanos De Nadie”, “Otro Jueves Cobarde” (coescrita junto a Joaquin Sabina) y en especial gracias a otra balada escrita en esta ocasión por Facundo Rosas “Sapo De Otro Pozo”. También en Fulanos de Nadie se reafirma la condición del grupo por encontrarse abierta a experimentar con diferentes estilos como el reggae, el tango, además del rock and roll.
La situación convulsionada de la Argentina por esos años es otro punto importante en las temáticas de las canciones del álbum, así lo explicaba Ivan en la misma entrevista antes citada: “Además de “Basta Para Mi” que es la más explícita esta “Todo Tan Raro” que habla sobre los estados de ánimo de la sociedad. Y hay estados de ánimo colectivos que tienen que ver con las angustias personales. Creo que «Cero Mensaje en el Contestador» también tiene que ver con esto, porque vivimos en un lugar tan jodido que uno llega a su casa, nadie lo llama por teléfono y la angustia se eleva a la décima potencia.”
La relación de la banda ya era dificultosa antes de la grabación de Fulanos y empeoró luego y parecía una cuestión de formalismos anunciar su disolución. Fue a comienzos de 2002 cuando anunciaron escuetamente a través de un texto en su website, que habían decidido separarse. El casamiento de Iván Noble con otra actriz Julieta Ortega había sido determinante.
F.V.
Puntaje del Disco: 8
Con un estilo más orientado al pop, el octavo disco de estudio de Queen, Play The Game, se lanzó en junio de 1980 e inmediatamente causó impacto. Contrariamente al aspecto rockero y contrariado que supone el arte de tapa, este material deja pocos momentos para el rock de otros tiempos y las guitarras esquizofrénica. Freddie y compañía habían enfilado el rumbo por un camino distinto al mostrado en Jazz, pero aún así la grandeza de su música supo conquistar al público.
The Game fue el único álbum en alcanzar la cima de los charts en los Estados Unidos y dejó especialmente un par de clásicos imborrables: la inconfundible “Another One Bites The Dust”, cortesía de John Deacon y “Crazy Little Thing Called Love”, con tintes de los años cincuenta. Dragon Attack, un poco más reñida y Rock It (Prime Jive)”, alcanzan ciertos puntos de notoriedad, mientras que “Need Your Loving Tonight” y “Sail Away Sweet Sister”, con un estilo victoriano, son lo más flojo del disco.
En el final “Save Me” es una hermosa balada escrita por Brian May que cierra un disco que, contrariamente a su afán de no contar con sintetizadores, son claramente identificables los vestigios de aquel instrumento eléctrico que tanto marcó la década de los ochenta.
Piro
Puntaje del Disco: 9
Con I Robot (1977) la banda de rock progresivo The Alan Parsons Project demuestra todo su potencial, todo lo bueno que habían mostrado en su debut se confirmaría y incluso mejoraría en esta nueva placa.
I Robot es un álbum conceptual inspirado en las historias de ciencia ficción del reconocido autor Isaac Asimov. Inclusive Eric Woolfson, miembro fundador de Alan Parsons Project junto a Alan Parsons, habló de la idea con Asimov quien se mostró entusiasmado por la idea.
Dentro del sonido disco futurista mezclado con arreglos orquestales y voces robóticas encontramos momentos valiosos como “I Wouldn’t Want to Be Like You”, “Some Other Time”, “Don’t Let It Show” y “The Voice”. Junto a estos algunos tracks instrumentales muy logrados como “Genesis Ch.1. V.32”, “I Robot” y “Total Eclipse”.
I Robot se reeditó en formato CD en 1984 y en 2007 cumplidos treinta años de su lanzamiento. Escucharlo hoy no deja dudas que algunas obras musicales son inmunes al paso del tiempo, es un material que suena moderno y resiste al paso del tiempo, algo que seguramente esta mítica banda quiso lograr.
F.V.
Puntaje del Disco: 9
¿Otro lado de Bob Dylan? El cuarto disco de estudio de Robert Zimmerman, en su título sugiere que vamos a conocer una faceta suya que no conocemos. Pero cuando comienza el álbum da la sensación de que es más de lo mismo.
Dylan musicalmente sigue haciendo folk sin grandes pretensiones con su guitarra acústica y armónica (la única que se sale del molde en ese sentido es “Black Crow Blues”, en la que interpreta con piano). De hecho sigue mostrando en canciones como “Spanish Harlem Incident” y “Chimes of Freedom”, que es un referente de canciones de protesta. Pero algo cambia. A medida que avanza el álbum, empezamos a conocer la “otra parte” de Dylan a la que intentan hacer referencia.
Como si fuese un disco de transición, Another Side of Bob Dylan nos muestra las diferentes caras del cantautor. Bob ofrece letras de un contenido que tienen un carácter más personal, sentimental e incluso romántico. Así aparecen baladas como “To Ramona”, “I Don’t Believe You” y “Ballad in Palin D”.
Another Side es una versión más completa de Dylan, en donde poco a poco va evolucionando en lo que hace si bien el sonido es el mismo. En ese sentido los prejuiciosos tienen que entender que las canciones del disco son muy buenas. Aunque a veces el sonido acústico y simplón de temazos como “It Ain’t Me Babe”, hace que no logremos apreciarlo como se debe. Solo imaginemos una versión más electrificada de estos mismos temas (si buscan un ejemplo más concreto The Byrds hizo un cover muy bueno de «My Back Pages») y apreciemos su contenido, para saber que es otro muy buen álbum de Dylan.
Persy
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Otra más de Godzilla para variar. En una versión que parece un poco más oscura que la anterior y por qué no más seria. Incluye en el elenco a Bryan Cranston (Walter White en Breaking Bad) y a Aaron Taylor-Johnson (Kick Ass). Estará llegando a los cines en mayo del 2014.
Puntaje del Disco: 7,5
En A Hundred Million Suns (2008) la banda oriunda de Dundee, Escocia, Snow Patrol apuesta a mantener su posición ascendente en popularidad repitiendo las formulas de sus anteriores y exitosos discos, algo que conseguirán a medias.
Su cantante y poco carismático líder Gary Lightbody había declarado meses antes de su lanzamiento que en esa ocasión tenía ganas de hacer algo más alegre. Según sus propias palabras: “En lugar de describir finales de relaciones y desamores va a estar centrado en perspectiva cuando la relación funcionaba”.
Como lo fueron “Chassing Cars” o “Shut Your Eyes” en el pasado en esta ocasión encontramos buenos singles como “Take Back the City” y “If There’s a Rocket Tie Me to It” potenciales hits que a pesar de sonar repetitivos son bastante buenos. Aunque el punto de quiebre más inspirado lo encontramos en el épico final “The Lightning Strike” de más de dieciséis minutos de duración y dividido en tres partes entre las que se luce más la primera “What If This Storm Ends”.
Sacando estos momentos antes mencionados A Hundred Million Suns deambula en intrascendencia. No podemos decir que es malo porque suena bien y esta excelentemente producido por el reconocido productor Jacknife Lee pero simplemente no serán canciones que se recordaran en el tiempo.
El álbum le garantizó a Snow Patrol conservar su status de uno de los grupos del momento y superar cierta comparación permanente con U2 y sus contemporáneos Coldplay y Travis para ostentar su propio espacio importante dentro del rock alternativo de los últimos años.
F.V.
Puntaje del Disco: 10
Es cierto que la música no se comprende, sino que se siente, en eso, todos estamos de acuerdo con eso. Pero, hay varias preguntas: ¿Es posible hacer comprender a la música?, ¿Es posible que, no solo que se sienta, si no que alcance los límites hacia el más allá?
Y la respuesta es sí, esto, claramente lo deja Lateralus, que sin duda es el mejor disco de Tool.
Estamos ante una obra maestra, el mejor álbum del metal del siglo XXI, y en mi opinión, el segundo mejor álbum de la década de los 2000. Una obra sin precedentes, que va más allá del sentimiento que produce, que va más allá de la música, más allá de los esfuerzos que los integrantes de la banda han podido hacer en toda su vida, y bueno, el resto, se lo dejo a su imaginación.
Hace unos años habrán hecho la crítica de AEnima, que si bien no es el mejor disco de Tool, tampoco se queda atrás, respecto a sus líricas filosóficas y simbólicas, era una emoción espectacular, un disco violento, sacando todo lo de Maynard, aunque, siento que a este le habrá faltado algo, para que la banda haga su máxima expresión. Tuvimos que esperar 5 años para que salga la obra maestra, Lateralus.
Porque es una obra maestra?, sencillamente, la respuesta del álbum esta aquí, si profundizamos el álbum completamente, podremos presenciar que su giro en torno se dirige hacia «La Secuencia de Fibonacci».
¿Que es esto?, bueno, para los que no saben, la «secuencia de Fibonacci», es una secuencia matemática descubierta por el italiano Leonardo de Pisa en el siglo XII, relacionada con el número áureo, y basada en la siguiente regla: de la suma de los dos términos anteriores a un número resulta precisamente dicho número.
Sencillamente, la secuencia sería la siguiente: 0,1,1,2,3,5,8,13… Y para percatarnos de la tremenda importancia de dicha sucesión numérica, basta decir que es ésta sucesión la que rige múltiples fenómenos de la naturaleza (por ejemplo, la disposición de las hojas en el tallo de un árbol).
Tomemos como referencia la canción «Parabol» que, casualidad o no, se haya conectada de forma perfecta con la siguiente pieza, «Parabola». Cabe pensar entonces que se trata de una única composición. Y curiosamente ambas canciones constituyen lo que vendría a ser la mitad del disco y de la espiral, formado por 13 canciones (efectivamente, el número de la sucesión Fibonacci).
Si continuamos la dicha espiral, podremos tener algo parecido a: 6,7,5,8,4,9,13,1,12,2,11,3,10. Si colocamos las canciones en ese orden, no podría ser mejor, transforma al álbum en un excelente álbum de metal, a algo que va más allá, porque las canciones en ese orden, parece que no solo es un álbum cualquiera, sino que parece una sola composición, llena de cosas violentas que luego pasaran a belleza y a relajación, como que si fuera una sola canción de 78 minutos, sin pausas, todo un viaje fumable.
Ni hablemos de la canción «Lateralus» al igual que el álbum, es compleja y también contiene espirales.Todo se inicia con un enigmático punteo de guitarra, que ya ha pasado a los anales de la música moderna. Como si de la gestación de un feto se tratara, el motivo va desarrollándose por encima de un tenue ritmo, que crece y se forma pacientemente, anunciando la venida. Y entonces, se hace la luz: el riff se desata, construido sobre una combinación de compases ternarios que reproducen la sucesión 9-8-7, correspondiente al decimoséptimo paso de la «secuencia Fibonnaci» (el número 987).
En un principio, este riff sólo se nos aparece a modo de presentación, regresando en el estribillo con toda su potencia. Mientras tanto, Tool sigue jugando con la espiral; sin ir más lejos, Maynard comienza a cantar en el minuto 1:37, o lo que es lo mismo, cuando han transcurrido 1,617 minutos, prácticamente la cuantía del número áureo en torno al cual se construye la «secuencia Fibonacci» (1,618).
Pero esto es sólo el comienzo. Si atendemos a los primeros compases de la estrofa, veremos como, de nuevo, Maynard reproduce de forma ascendente y descendente la secuencia hasta el número 13; para ello, debemos contabilizar el número de sílabas en cada fraseo:
Black (1)
then (1)
White are (2)
All I see (3)
In my infancy (5)
red and yellow then came to be (8)
reaching out to me (5)
let me see (3)
A continuación, parte del 13 y desciende por la secuencia:
As below so above and beyond I imagine (13)
drawn beyond the lines of reason (8)
push the envelope (5)
watch it bend (3)
Pero si esto resulta sorprendente, más lo es en la segunda repetición de la estrofa donde, añadiendo nuevas frases (There is so much…) que conectan las partes anteriores, Maynard completa la espiral, recorriéndola, a modo de prestidigitador de las palabras, de arriba a abajo una y otra vez.
A lo largo de todas estas espirales dentro de las mismas, Maynard reflexiona sobre nuestra forma de vida, el potencial del ser humano y su papel en el universo, y nos propone vivir sin reglas ni ataduras, abandonar un mundo lineal, cuadriculado y repetitivo, y romper las reglas, apostando por nuevas experiencias y el continuo desarrollo personal, tal y como sucede en la espiral: un crecimiento numérico sin fin.
Y luego sigue el álbum, un paraíso sin límites, un álbum lleno de sentimientos y mucho más, etc… Ya se pueden imaginar lo que quieran con esta obra maestra, sin duda, nunca he descubierto tantas cosas secretas, ocultas, en un álbum, que a la primera escucha es un álbum normal y corriente, y que luego, cuando se profundiza, es increíble encontrarte con esto.
De los mejores álbumes de la década, 100% Recomendable.
Toto