Limp Bizkit – Chocolate Starfish and The Hot Dog Flavored Water (2000)

Puntaje del Disco: 4,5

  1. Intro:
  2. Hot Dog: 4
  3. My Generation: 6
  4. Full Nelson: 3
  5. My Way: 6,5
  6. Rollin’ (Air Raid Vehicle): 6
  7. Livin’ It Up: 4
  8. The One: 4,5
  9. Getcha Groove On: 3
  10. Take A Look Around: 8
  11. It’ll Be OK: 4
  12. Boiler: 4
  13. Hold On: 3
  14. Rollin’ (Urban Assault Vehicle): 4
  15. Outro:

A mediados de los años noventa, en pleno reinado grunge en los Estados Unidos, se formó una banda en Jacksonville que generaría un gran éxito comercial, pero cuyas cualidades quedan en tela de juicio. Limp Bizkit tenía en su alineación inicial al controversial Fred Durst, Wes Borland en guitarra, Sam Rivers en el bajo, John Otto en la batería y a DJ Lethal a cargo de los discos.

En 1997 esta banda de rap metal editó su disco debut “Three Dollar Bill Y’All” y dos años después “Significant Other”, de los que surgieron los éxitos “Nookie” y “Break Stuff”. Estos dos primeros materiales, además de ser sucesos comerciales, se pueden jactar de ser las piezas más logradas en su carrera. Sin embargo, si Limp Bizkit había conseguido cierto reconocimiento con estos trabajos, en octubre de 2000 echaron los laureles por la borda con la aparición de “Chocolate Starfish and The Hot Dog Flavored Water”.

El disco arranca con una “Intro” inentendible que carece de todo sentido más que para dar a quien lo escucha la antesala de lo que le espera a lo largo de catorce temas más. El siguiente track, más que “Hot Dog” debería haberse titulado “Get the Fuck Off” o cualquier otra expresión que incluya este insulto. Desde el comienzo Durst deja en claro su rabia contra el mundo con una combinado de “Fuck Up” que hacen de ésta uno de los temas más agresivos del disco. A lo largo de todo el álbum Fred Durst expresa insultos de la más diversa índole y la falta de complejidad de las letras hace que la música pase a un segundo plano en varias de las interpretaciones. Si bien “My Generation” continúa con esta línea, se desprende cierto ritmo acompañado por un pegadizo estribillo, que hacen de éste uno de los mejores temas. Un caso similar es “Rollin’”, cuyo único argumento se cierne en la repetición del título y en nada más.

En temas como “The One” o “I’ll Be OK”, el cantante baja un poco las revoluciones y con una apreciable guitarra de fondo, Limp Bizkit retoma la fórmula de “Re-arranged”. Aunque no por eso dejan de estar en un pobrísimo nivel. Afortunadamente, en este poco agraciado disco, también se destacan dos temas. Uno es “My Way” en el que la banda logra cierta armonía entre la música y la ira de Durst. El otro es el muy buen logrado “Take a Look Around”, sustentado en el clásico acorde de la película Misión Imposible.

“Outro” concluye un disco del mismo modo en que empezó… inentendible. Casi diez minutos de ruido incoherente con algunas voces de fondo no amerita mayor consideración. Aunque parezca increíble, este espantoso disco de una banda no menos espantosa, fue uno de los más vendidos durante el año 2000 en Estados Unidos.

Piro

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